TARDES DE DOMINGO 08.12.2024. Lorenzo Soriano Rodríguez, » Focus from Asia 2022″»

Lorenzo Soriano Rodríguez. Marbella/Tenerife

Lorenzo M Soriano es Economista por la Universidad Complutense de Madrid, además de especialista en Empresas y Actividades Turísticas (Universidad de les Illes Balears), y Periodista por AIPET.  Natural de Las Palmas de Gran Canaria y con actividad empresarial en varios países, actualmente reside entre Marbella y Tenerife. Es Asesor Personal del Consejero Delegado y Presidente del Consejo de Administración de Panorama, así como Controller Económico-Financiero y de Optimización de Recursos Humanos.

Es un autor activo en numerosas publicaciones, un historiador aficionado y un viajero incansable, y tiene gran experiencia en las relaciones humanas y en actividades económicas y sociales de todo tipo

TARDES DE DOMINGO.                                      BPB                                 Tema: Economía, Opinión

FOCUS FROM ASIA 2022

Lorenso Soriano, 2022

En mi habitual ruta por las Ferias asiáticas, me encuentro en Thailandia.

El comentario esta vez, está concentrado en la APEC 2022, que se ha celebrado estos días en Bangkok. Paralizando media ciudad y con la otra media tomada por la policía y los manifestantes en protesta, se ha celebrado la cumbre de la Cooperación Asia-Pacífico.

Contando con el apoyo de China, se trata de una unión de países sin barreras para el intercambio de bienes y servicios. Países como Canadá, USA, China y Australia, también son miembros activos. Hoy son ya 21 los miembros adheridos.

Tan dispares países, hacen que el equilibrio entre ellos sea frágil. A saber, Filipinas, exporta mano de obra cualificada, más que nada por ser angloparlante, por lo que en los cruceros, turismo, hostelería, y en todo lo que se precise el idioma, se está comiendo el mercado tradicional de empleo.

Eso provoca muchos problemas y conflictos entre los miembros, de ahí las protestas de los que quieren que el país se cierre a los miembros que puedan verse en posición de desventaja. Thailandia es un país muy endogámico. Su cultura, su lengua, su comida y su clima, hacen que ellos prefieran lo suyo antes que lo de otros, y se muestran reacios y refractarios a asumir ciertas “obligaciones” por parte de los poderosos del grupo. Si observan la inmigración, normalmente hay comunidades de los países emisores de emigrantes, en casi todos los lugares, pero tailandeses, hay muy pocos que aguanten fuera de su país, y no se ven comunidades en ningún otro sitio.

Además de esta cumbre, donde Xi ha tenido un papel protagonista especial, tenemos el Mundial de Fútbol.

El país que lo acoge es una Teocracia, basada en la Sharía. Lo que es lo mismo, en el islamismo radical que ha llegado incluso a financiar y a apoyar al Terrorismo islámico. También tienen conflictos con los miembros del colectivo LGTB, a los que se llega a condenar a la pena de muerte. No digamos ya lo de beber alcohol, estrictamente prohibido por la Sharía.

No puedo entender como la FIFA en su carrera hacia el origen del dinero ha podido elegir este destino, salvo por las inmensas lluvias de millones que derraman sobre todo lo que pretenden los teócratas.

Las “maravillas” de la técnica y el lujo Islámico, no están dirigidas hacia nosotros los europeos ni americanos, mayormente cristianos. Saben que la dependencia energética de fósiles se acabará tarde o temprano, pero que la demanda caerá sin duda en los próximos años. Ellos están invirtiendo en ellos mismos, en sus afines y en su entorno, en sus Disneylandias particulares, en sus edificios de oficinas y viviendas para sus afines ideológicos y el mantenimiento de las Dictaduras, monarquías y teocracias. No se olviden que ellos hasta hace poco prohibían el fútbol, y de hecho muchos países del entorno de la Sharía, no lo acogen con simpatía. Al contrario.

Nos usan para sus intereses futuros, que pasan por competir con nuestra cultura y modo de vivir.

Las oficinas y los negocios, los profesionales y los técnicos extranjeros, se quedarán hasta que se terminen las megalómanas construcciones y las escandalosamente horteras y derrochadoras decoraciones. Ellos ahora no sabrían cómo hacer nada de lo que les estamos ayudando a crear. No tienen fábricas, ni diseño, ni ingeniería, ni nada propio. Lo absorben a golpe de talonario. Y sus planes a medio plazo son recibir, y llenar con sus correligionarios, con sus afines. Sustituirán los alfanjes sarracenos de conquista sangrienta, por empleos y salarios para atender a los 1500 millones de islamistas, de los que al menos 200 millones puedan tener capacidad de gasto.

Nuestra civilización minada y en declive, la suya, la nueva Estambul o Al-Qadisiyah de cúpulas doradas en auge por los próximos siglos.

No está mal el plan. Aquí, en Thailandia, los turistas, europeos o americanos a los que llaman “farangs”, derivado del odio que les tuvieron a los farangset franceses, están siendo sustituidos por japoneses, coreanos y millones de chinos. Ya no nos necesitan. Ya no nos aguantan la altanería alemana o inglesa, ni el chusquerío español o latino. Ya pueden y quieren prescindir de nosotros.

La pandemia ha retrasado mucho estos planes, la verdad. Millones de personas han vuelto a las Provincias de origen. Miles de comercios y negocios cerrados. Miles de alquileres perdidos, miles de edificios y propiedades en venta por falta de mantenimiento. Pero estas sociedades asiáticas son muy dinámicas y autosuficientes. Y dependen poco de subvenciones y ayudas estatales. Al menos las budistas y similares, no tanto las islamistas que están adormecidas y ajenas al progreso intelectual por culpa de sus creencias.

Bueno, ellos además no practican la democracia, ni nadie se lo reprocha. El que se sale del plato, adiós, como vieron en China, que se llevaron a saber dónde al antiguo Presidente, o como a Jack Ma, que de repente desaparece del plano mediático, o aquí, aunque opera una monarquía “parlamentaria”, Taksin Sinawatra, y un largo etc. son pruebas de que a medias sólo.

En fin, este New World Order, que tanto anhelan todos los políticos, aquí ya está muy establecido. Y así, pongamos las barbas a remojar para que al arrancárnoslas nos duela menos.

A Reflexionar.

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