«Los padres y las madres, con sus hijos, se reunían con mucha frecuencia en una de las terrazas a pasar la tarde. El diálogo que se producía, siempre acompañado de un exquisito sentido del humor, amenizaba gratamente esos ratos de ocio y de serena tranquilidad.»
«Siendo niño y más tarde joven, allá entre los años 1.950 y 1.980, fue cuando se terminó de consolidar entre algunos de los jóvenes de las familias esa profunda, noble y hermosa filosofía “lajera”.»
«Por suerte, mi primo Arístides Jaén y su mujer, Loli, alquilaron, junto con los suegros de él, Miguel Medina y Lola Vera, la “Casa de los Ramírez” (un año antes la habían tenido Mireya Jaén y su marido, Adolfo Jiménez) y, entonces se produjo como un renacer en el día a día de la antigua “Playa de La Laja”
La Filosofía de la Playa de La Laja
Capítulo 3