INDIGNANTE TRATO A LAS PERSONAS EN ESPAÑA, Plaza de la Feria, Las Palmas de Gran Canaria, 17.11.2020
Vivo con impotencia y vergüenza las últimas horas de esta España indigna y corrupta que se retrata a si misma con el trato salvaje y esclavo que nuestras autoridades, centrales y autonómicas, de todos lados, dan a los inmigrantes llegados a Canarias.
Una vergüenza sin parangón me invade, porque mientras sueltan a estos indefensos jóvenes a que se peleen con el mundo que les rodea, en el mismo centro de Las Palmas de Gran Canaria, para conseguir comida y cama, para conseguir alguien que les hable y les indique qué deben hacer, a donde deben ir, donde dormir, o comer, o buscar un hueco al cobijo del frio y de la oscuridad, mientras les dejan al descubierto en un mundo mucho más hostil y descarnado que el de su procedencia en Africa, éste más pobre y más indefenso, pero mucho más humilde y solidario, más amistoso y familiar, más humano, mucho más humano que este primer mundo idiota, insignificante en el ser, poderoso por el dinero, las ambiciones, las venganzas y los intereses.
Desde marzo estoy pidiendo para que los responsables de España, los responsables anteriores a esta pandilla insufrible, del gobierno y de la oposición, y de las autonomías, aquellos que han luchado desde 1978 hasta aquí por la democracia, esa experiencia acumulada por años de trabajo más o menos acertado, pero trabajo que nos han traído los mejores años de libertad y progreso, esos responsables de todos los partidos, junto con los expertos y científicos, se unan en una plataforma cívica que pare esta deriva autoritaria y totalitaria que se está implantando, en favor de una democracia auténtica. Quizás un gran nuevo partido liberal social democrático.
Hace falta una revolución inmediata, esta vez para cambiar a toda la clase política actual española, esa que se fue a cenar anoche con sus oropeles y sus sonrisas de vividores de lo público, de lo ajeno, de lo de todos. Basta ya España. Basta ya.