TARDES DE DOMINGO 06.04.2025. Néstor Doreste Padilla (1940-2025), «Me encontré con un pasillo de Luz». Por Agustín Santana

Néstor Doreste Padilla, Gran Canaria. (1940-2025)

Estudió en el Colegio Viera y Clavijo y posteriormente en la Universidad de la Laguna donde hizo la carrera de Arquitecto Técnico. Fue Jefe de Sección de Servicio de Urbanismo del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria. Hijo de uno de los fundadores de la Unión Deportiva Las Palmas ha sido el socio vivo más antiguo durante los últimos años..  Escritor de 9 novelas, 21 relatos, 1 ensayo, 2 historias, 1 biografía y diversos artículos. Colaborador y seguidor de esta página ad infinitum.

TARDES DE DOMINGO.                                                 BPB                                    Temas: Libre

«ME ENCONTRÉ CON UN PASILLO DE LUZ.»

Agustín Santana Correa, 06.04.2025.

Néstor Doreste Padilla, en el recuerdo. 

Me encontré con un pasillo de luz

 

Me encontré con un pasillo de luz que me transmitía una gran sensación de paz, como la paz que recibía de algunos amigos cuando regresaba desde el hospital a mi casa pero más potente, más profunda, y me dejaba llevar por esa sensación placenteramente, me sentía muy bien, estaba aligerado de las presiones físicas que soportas cuando estás enfermo, había desaparecido el cansancio atroz que me atormentaba en las últimas semanas, no quería mirar para atrás y no lo hice, pero tenía presente a mi madre y a mi padre, a mis tíos, me veía con pantalones cortos corriendo por las calles sin coches, veía burros con su carga pasando, muchos barcos de vela en el puerto, chiquillos jugando al fútbol sobre tierra dura, descalzos, algunos sin camiseta, todos alegres detrás del balón pesado y duro, y mucha gente contenta, celebrando algo especial, las copas alzadas, mi padre y mi tío abrazándose, y de repente un escudo pasó delante de todos, allá arriba en el cielo,  de color amarillo y azul, una corona en lo más alto y en la base  cinco escudos pequeños que se empezaron a mover, se abrazaban, se cambiaban de puesto y volvían de nuevo a su lugar, miraron hacia arriba y sonrieron al leer la frase, segura tiene la palma, y más arriba, debajo de la corona, las letras U.D. grande, que resaltaban, que se salieron del escudo y se metieron en mi corazón, y allí se quedaron, volvieron a su lugar pero se quedaron dentro de mí, miré al escudo y estaba intacto, completo, mi tío con una sonrisa amplísima aplaudía como loco, algo grande había pasado, una sonrisa de amor se paseó por encima de toda la gente, las calles llenas, abarrotadas, de gente cantando y bailando, un riqui raca ininteligible, tenía nueve años y no entendía todo lo que pasaba pero era feliz, tremendamente feliz, saltaba y corría detrás de todos, de mi familia, de mis amigos, de toda la ciudad, de toda la isla, la luz me sigue guiando y yo me dejo llevar, estoy en paz y contento, me siento bien y con ganas, quiero seguir mirando hacia delante, llevo una bolsa pero no me pesa, es muy ligera, como si nada hubiera dentro, pero hay varios libros, varios que hablan sobre la mujer, la importancia de la mujer en la vida, miro las fechas y son los últimos escritos, y hay otro anterior que reza en su portada la Playa de la Laja veraneos de antaño, y huelo a salitre, noto como el agua salada me recorre, escucho como la ola rompe en el marisco, el azul del mar, veo a mis dos abuelos organizando sancochos y caldos de pescado, sirviendo los aperitivos marineros y jugando al envite, al subastado o a la zanga, me veo entre juegos, guitarras, pesca y charlas en las puertas de las casas, la amistad, la solidaridad, la generosidad, el compromiso, la educación, el compañerismo, las puertas abiertas, el respeto, el amor por la naturaleza, veo a lajeros corriendo hacia la playa, y empujando a las lanchas que entran al mar, mientras los chiquillos se bañan y chapotean alegremente con el agua salada, el blanco de las nubes y el amarillo de la arena me piden que siga caminando, que no mire atrás, huelo a pino, veo el verde del drago y de la tunera, oigo el silencio de barrancos y laderas, veo un palmeral con densos racimos, hojas de siete metros, belleza incomparable, sigo caminando sin parar y me serena el canto del pájaro amarillo, se que me da protección, que me guía, que me acompaña, el día es muy luminoso y me doy cuenta de que llevo el Cachorro, que me recuerda y me conmueve, que me recuerda al timple y su canto, el maravilloso sonido de la música de mi tierra,  siento que va conmigo mi esencia, y veo a mi mujer de siempre, compañera y amiga, y a mis hijos y a mis nietos, a los amigos, y a mi equipo del alma, aquella UD grande, y a mi playa, a mi isla, a mis islas,  y no estoy solo, a mi lado hay alguien, con bigote blanco y canas, con gafas y con regocijo en su mirada, me pica el ojo invitándome a seguirle, y le sigo, como siempre hice, como siempre hicimos, siento una gran paz tranquilizadora y placentera, me siento bien, no estoy cansado, quiero seguir. Y sigo.

2 comentarios en «TARDES DE DOMINGO 06.04.2025. Néstor Doreste Padilla (1940-2025), «Me encontré con un pasillo de Luz». Por Agustín Santana»

  1. Felicitaciones, Agustín Santana Correa.
    Esta narrativa social es una joya literaria. Desde la intimidad de la familia, se recorren lazos de amistad que se volca en una biografía, digna de enmarcar. Además del grato sabor nos convida a una gran paz tranquilizadora y placentera.

    Gracias por compartiral.

    Rafael.

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    • Mil gracias a Rafael Mérida Cruz Lascano por acercar a Guatemala a nuestra tierra y a nuestra gente en Canarias. Esta colaboración estrecha conexiones emocionales a uno y otro lado del Atlántico y del Caribe. Mil gracias.

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