Tras ser elegido presidente de Estados Unidos, Kennedy convocó a Robert McNamara para ofrecerle ser su Secretario de Defensa, uno de los puestos políticos más relevantes en USA. Por aquel entonces, McNamara era un brillante directivo de una multinacional privada, y contaba con un expediente académico excelente en Harvard y Berkeley. McNamara cuenta en sus memorias que, tras aceptar el cargo, en una reunión con los jefes militares y técnicos del Pentágono, le sorprendió la ausencia de una metodología eficiente en la toma de decisiones, algo que él terminó implantando. Dicho de otra forma: llevó a las Fuerzas Armadas, herramientas y técnicas de gestión del mundo de los negocios.
También Lee Kuan Yew, el admirado líder que convirtió a Singapur en uno de los países más prósperos y primeras economías del mundo, utilizó una consultora de psicólogos expertos para realizar un proceso de selección de talentos del mundo empresarial e incorporarlos a su gobierno.
Hay más ejemplos de empresarios que han dado el salto a la política. Centrándonos en casos más recientes podemos mencionar la llegada de Donald Trump a la Casablanca. Un empresario de éxito, que incluso renunció a su sueldo durante su primer mandato (un importe de seis cifras), aceptando sólo la cantidad mínima que debe recibir por ley: un dólar al año.
O el caso más mediático de Elon Musk, otro brillante hombre de negocios que ha decidido dedicar parte de su tiempo, talento y experiencia empresarial en hacer más eficiente la Administración pública de su país…………………………..