Raúl Amador León. Gran Canaria
Doctor en Psicología. Profesor en la Universidad Fernando Pessoa Canarias y en la UNED. Consultor de Recursos Humanos. Co director del Máster en Dirección de Recursos Humanos de la Universidad Fernando Pessoa Canarias.
TARDES DE DOMINGO. BPB Temas: Psicología
Vejez y envejecimiento
La Psicología señala que la vejez es el período de la vida menos valorado y más temido por las personas. Tal vez por eso, la mayoría la conoce poco, evita hablar de ella y no sabe afrontarla de manera adecuada.
Las personas construimos nuestra identidad y estima a partir de la imagen social que recibimos de los demás. Lógicamente, la manera en que somos tratados por los otros cambia a medida que cumplimos años. Surge entonces un envejecimiento social, no sólo físico o mental. El edadismo se refiere a la discriminación o prejuicio hacia las personas por su edad. Son experiencias comunes, a las cuales el individuo se tiene que enfrentar y que le informan de estos significados y su valoración social. Este envejecimiento social compromete el desarrollo y el bienestar de la persona durante esta etapa de la vida.
También en la vejez las personas reducen el número y el tipo de relaciones sociales que mantienen respecto a períodos anteriores. Se produce una selectividad socioemocional (Carstensen,1993); es decir, el individuo selecciona activamente sus amistades, eligiendo aquellas relaciones que puedan proporcionar, con mayor probabilidad, experiencias gratificantes, relaciones significativas que constituyan un apoyo social.
Otro fenómeno interesante identificado por la Psicología es la distancia entre la edad que la persona percibe internamente y la edad que le atribuyen los demás. Este fenómeno se conoce como la máscara del envejecimiento (Baltes, 1999). Esta discrepancia lleva a las personas a retrasar su autocategorización social en función de la edad. Dicho de otro modo: tendemos a posponer lo máximo posible el considerarnos “viejos”.
Respecto a la edad autopercibida, también hay estudios que han constatado que a medida que las personas van cumpliendo años, tienden a percibir mayores diferencias entre la edad que dicen sentir en su interior y la edad cronológica. Esto refleja que evitan identificarse con el grupo de los mayores (Taylor y Brown, 1988).A ello se añade que las personas suelen desarrollar visiones optimistas sobre su futuro (Taylor y Brown, 1988). Estas expectativas positivas tienden a exagerar la percepción de control sobre uno mismo y sobre lo que está por venir. En otras palabras, nos autoengañamos: se trata de un optimismo ilusorio.
También a medida que envejecemos, hacemos comparaciones sociales asimétricas (favorables), de manera que nos comparamos con personas similares, pero que se encuentran en peores condiciones (Taylor y Lobel,1989), porque permiten mantener o mejorar la autoestima.
Par terminar, la Psicología ha identificado tres mecanismos psicosociales que lleva a las personas de edad muy avanzada a conservar un elevado bienestar subjetivo cuando el nivel de salud es de fragilidad:
- Mecanismos de selección socioemocional: Consisten en seleccionar experiencias de vida emocionalmente ricas (Carstensen, 2002).
- Mecanismos de compensación: Se utilizan recursos alternativos para compensar las pérdidas en el dominio de la salud (Baltes y Baltes, 1990).
- Infraestimación de la salud: Las personas afectadas por un declive de la salud tienden a minimizar la importancia de los síntomas (Baltes y Baltes, 1990).