Agustín Santana, 1 de octubre de 2022
Tomás Gil, cordobés de pura cepa y canario de adopción, joyero de los de siempre con la fina tradición cordobesa. La Joyeria Sancy en la calle Galicia con Juan Manuel Durán, es una de esas joyerias donde puedes ir para que te asesoren, con tiempo, con cariño y con el amor al arte que supone la orfebrería. Tomás está jubilado y regentan la tienda sus hijas, Chelo y Candy, que les esperan alli con el regalo perfecto preparado. Pero hoy no les voy a hablar de su joyeria, sino de Tomás Gil, el amigo de toda la vida que sabe saborear la vida y ayudarte a que tu la saborees.
Hace ya tiempo que me había dicho de ir a comprar papas a Fontanales, más arriba de Fontanales, alli donde hay un bar llamado Lomo el Palo, donde Fermín, su dueño, nos iba a poner unos pizcos de queso impresionante. Y por Moya subimos para acercarnos al Bar Lomo el Palo donde encontramos a las doce de mediodía a dos hombres desbrozando piñas y a otro más, en el garaje, cargando un camión con piñas grandes y bonitas.
Fermín nos dijo que en un momentito entrábamos, y fue asi que al momento nos encontramos en la barra del bar, con un futbolín en el centro del local. Fermín puso en la barra una botella de Etiqueta Negra y otra de Ron Arehucas, partió queso semi y después más duro, y un plato de sopa de garbanzos y pollo para preparar el estómago.
En el rato que pasamos en la barra del bar pasaron cinco o seis lugareños, de las fincas colindantes, a tomarse el ron o la coca cola, algunos echando una partida al futbolín y todos hablando de los quesos de la zona y del buen aguacero qu e cayó la semana anterior. Pepe el de Pavón, con su enorme bigote y su cuchillo al cinto, también estuvo unos minutos por alli. Su cuchillo tiene tres estrellas dibujadas, una de la denominación de Origen del Queso de Guía, otra del Queso de Media Flor y la tercera del Queso de Flor.
Tomás se los ganó a todos, con su gracia personal y cordobesa, y me dispuse a hacerle la foto que adjunto con Pepe el de Pavón y su hermano Fermín deuño del bar. De alli nos llevamos dos hermosos sacos de papas y un queso duro de Pepe el de Pavón. Parte del queso terminó en casa en Paté Canario, el Alomogrote de la Gomera, y Tomás podrá darlo a probar a sus amigos cordobeses cuando vaya ahora al Califato.
Bajamos hasta Fontanales y paramos en el Restaurante Jazz Club Mozart, de la pareja belga Didier y Vicky. Didier es un gran cocinero con experiencia como jefe de cocina en el Queen Mary y regente y cocinero de uno de los restaurantes en el Hotel Costa Meloneras durante varios largos años, y desde hace unos cinco vive en Fontanales donde tiene un menú selecto para los buenos paladares que sirve los fines de semana con música de jazz en directo.
Un espléndido plan para cualquier día de la semana. Muy aconsejable. Y si van acompañados de la simpatía y la generosidad personificada como es la de Tomás Gil será un día memorable.
INGLES
Tomás Gil, from Cordoba by birth and adopted from the Canary Islands, is a jeweller in the fine tradition of Cordoba. The Joyeria Sancy in calle Galicia with Juan Manuel Durán, is one of those jewellers where you can go for advice, with time, affection and love for the art of goldsmithing. Tomás is retired and the shop is run by his daughters, Chelo and Candy, who are waiting there with the perfect gift ready for you. But today I am not going to tell you about his jewellery shop, but about Tomás Gil, the lifelong friend who knows how to savour life and help you to savour it.
Some time ago he had told me to go and buy potatoes in Fontanales, above Fontanales, where there is a bar called Lomo el Palo, where Fermín, the owner, was going to serve us some amazing cheese. We drove up through Moya to the bar Lomo el Palo where we found two men clearing pineapples at noon and another one, in the garage, loading a lorry with big and beautiful pineapples.
Fermín told us that we would come in in a moment, and so we found ourselves at the bar, with a table football in the middle of the bar. Fermín put a bottle of Etiqueta Negra and a bottle of Arehucas rum on the bar, split some semi-hard cheese and then some harder cheese, and a plate of chickpea and chicken soup to prepare our stomachs.
During the time we spent at the bar, five or six locals from the neighbouring farms came by to drink rum or coke, some playing a game of table football and all talking about the cheeses of the area and the good rain that had fallen the previous week. Pepe from Pavón, with his huge moustache and knife at his belt, was also there for a few minutes. His knife has three stars drawn on it, one for the denomination of origin of Guía cheese, another for half-flower cheese and the third for flower cheese.
Tomás won them all over, with his personal and Cordovan grace, and I set out to take the attached photo with Pepe from Pavón and his brother Fermín from the bar. From there we took two beautiful sacks of potatoes and a hard cheese from Pepe el de Pavón.
We go down to Fontanales and stop at the restaurant Jazz Club Mozart, owned by the Belgian couple Didier and Vicky. Didier is a great chef with experience as head chef at the Queen Mary and regent and chef of one of the restaurants at the Hotel Costa Meloneras for several long years, and for the last five years he has been living in Fontanales where he has a select menu for good palates which he serves at weekends with live jazz music.
A splendid plan for any day of the week. Highly recommended. And if accompanied by the friendliness and generosity personified by Tomás Gil, it will be a memorable day.
