Termina su magnífico artículo Héctor Ramos con una propuesta social, cultural y humana:
«Tampoco podemos olvidarnos del rico patrimonio que desde la antigua ermita fue desmantelado; archivos parroquiales y otros custodiados en otros archivos que actualmente podrían servir de consulta para investigadores y estudiantes, de la falta de espacio para la actividad social y cultural y no solo religiosa que una parroquia en sí genera y que está totalmente bloqueada teniendo un solar anexo al tempo para crear espacios para el desarrollo de proyectos de claro interés general».
Estuve muchos años con mi familia y con muchos amigos aportando granitos de arena, en nuestros tiempos libres, en la Parroquia de La Luz, animados por párrocos verdaderamente extraordinarios. Todos ellos dejaron huellas en la Parroquia, en La Isleta y en el Puerto de La Luz. Dejaron su entrega a la comunidad religiosa, pero además una herencia viva de solidaridad con los más desfavorecidos, una aportación cultural enorme.
Fuimos testigos, y en algunos casos voluntarios, guiados por la fe de todos esos párrocos, de un apoyo social imprescindible a los más necesitados de todo el barrio de la Isleta, a los marineros extranjeros que vivieron durante años en barcos abandonados en el Puerto de La Luz, a los inmigrantes en los tiempos duros de los años noventa y dos mil con Las Palmas Acoge, una ONG fundada en Cáritas Diocesana y impulsada desde la Parroquia de la Luz.
Desde nuestra web apoyamos incondicionalmente la propuesta del historiador. En aquellos tiempos intentamos conseguir ese solar anexo que se podría convertir en un pulmón religioso, social y cultural en un barrio tan importante como el de La Isleta.
Cuando se habla de la Virgen de La Luz y de sus fiestas hay que hablar de Alberto Trujillo Castellano, un magnífico profesional de la decoración y de la dirección de obras, y una grandísima persona. Su amor y su dedicación a la Virgen de La Luz ha sido durante años encomiable, y para mí y para muchos de los que colaboramos con la parroquia hace años ha sido determinante en la conservación del patrimonio espiritual, social y cultural de esta devoción del mar a la cumbre.
Apelamos al Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria y a la Autoridad Portuaria a que empiece con esa linea común para que LA LUZ siga alumbrando a la Isleta, al Puerto de Las Palmas, a toda nuestra ciudad y a toda la isla de Gran Canaria. Para que las dependencias de la Parroquia Matriz del Puerto sean dignas de su representación.
Estoy seguro que muchos estarían dispuestos a trabajar en equipo, con las dos instituciones, para conseguir ese centro tan ansiado para La Isleta y el Puerto. El párroco Agustín Sánchez, digno sucesor y continuador de aquellos anteriores sacerdotes, no estaría solo. El patrimonio religioso, social y cultural de la Virgen de La Luz podría tener continuidad después de 500 años.