Gustavo Forns Bada

Para siempre

Agustín Santana, 06.03.2023

A veces recibes una llamada o un whatspp y te pones en alerta, antes de descolgar o abrirlo sabes que puede haber pasado algo.

Y se te rompe algo, te quedas serio y pensativo. Cuando se va un amigo, de los que quieres de verdad, se te rompen momentos pasados, muchos momentos queridos, momentos buscados y deseados, momentos felices.

Recibo la noticia, desde Madrid, en mi bungalow del Campo de Golf de Maspalomas. Y aquí, en este complejo del sur de Gran Canaria, pasó unas vacaciones Gustavo. Me pidió que le buscara un sitio tranquilo, que venía con sus dos hijos, que quería desconectar.

Y uno de los dias fuimos a cenar a un restaurante italiano y por suerte, además de una comida fantástica, tenía el coñac preferido con el que Gustavo terminaba siempre sus veladas.

Y treinta años después yo vivo en este bungalow de Maspalomas, donde él pasó sus vacaciones, y recibo el whatsapp que nunca se quiere recibir.

Los recuerdos me llevan a los cursos que dió en el Hotel Don Juan preparando a los profesionales de Olympia Canarias, ganándose el aprecio de todos que deseaban, cuando se terminaba el curso, que volviera otra vez.

Fueron tantas veces que nos reunimos, que comimos juntos, que estuve en su casa en Madrid, que hablábamos de su Olympia querida, de la fabrica en Wihelmshaven donde pasó tanto tiempo formándose.

Los tiempos pasados ya no están, no volverán, pero llevaré siempre dentro de mí el cariño que nos teníamos. Gracias Gustavo por haber sido mi amigo. Hasta siempre.

Deja un comentario