CACEREÑEANDO, por Juan de la Cruz: «DEL PASEO ALTO». «HIGH WALKWAY» 14.12.2021

Por Juan de la Cruz, publicado el 145 de DICIEMBRE en el Periódico Regional Extremeño HOY...............................By Juan de la Cruz, published on 14 December in the Extremadura Regional Newspaper HOY.

-- Paseo de Ibarrola. Un enorme pulmón cacereño--, nos dijo un atardecer cualquiera don Valeriano.................-- Paseo de Ibarrola. An enormous lung of Cáceres," Don Valeriano told us one evening.

 

Juan de la Cruz Gutiérrez, Periódico Regional Extremeño»HOY», 14 de diciembre de 2021

«DEL PASEO ALTO»

            Aquel paseo de nuestra ya lejana infancia servía como refugio para la tropa de chavales y salir a pájaros con el tirador, gatear por el ramaje de su arbolado, saltar por la barandilla de la bandeja, aprovechar el recreo de la escuela de don Juan Checa, las hojas de los eucaliptos para baños de pies contra el catarro, escuchar los ensayos de la Banda de Música del Regimiento “Argel 27”, asombrarnos de los escarceos amorosos, compartiendo sandías en las noches estivales… Y el recuerdo de las niñas, comentaba mi madre, cantando: “En el Paseo Alto no se puede jugar, pues hay niños muy tontos que nos vienen a estorbar”.

— Paseo de Ibarrola. Un enorme pulmón cacereño–, nos dijo un atardecer cualquiera don Valeriano.

            La muchachada de la pandilla se quedó atónita. Un servidor, acaso por ser su vástago, apuntó:

— Pero si es el Paseo Alto… ¿O, acaso, han cambiado el nombre?

            Don Valeriano nos miró de forma bonachona y diría que docta. Posteriormente mi progenitor deslizó unas pinceladillas sobre la figura del escritor y jurisconsulto que presta su nombre a ese rincón que guardamos en el alma, entre esencias niñas y adolescentes, haciendo hincapié en su prestigio, su contribución al derecho, las letras y el honor de dar nombre a un lugar por el que transitaba el señor Ibarrola, respirando a pleno pulmón. Un paseo que don Valeriano declaraba de marcado carácter. Insistiendo, además, en la diferencia de los nombres reales y los impuestos por la idiosincrasia popular. Como ejemplos: El de la calle Margallo, que denominábamos Moros, la Plaza Mayor, entonces General Mola, o la calle Gómez Becerra, también conocida como de la Pulmonía. Cuando don Valeriano se encontraba con la pandilla recalcaba:

— ¿Cuál es el nombre del Paseo Alto?

            Y todos a la vez canturreando:

— Don-Jo-sé-de- I-ba—rro—la, i-lus-tre- es-cri-tor…

            Tantos años después pareciera que pocos saben de don José, que diría don Valeriano.

ENGLISH

«FROM THE HIGH PROMENADE».

          That promenade of our now distant childhood served as a refuge for the troop of youngsters and to go out with the shooter, crawling through the branches of its trees, jumping over the railing of the tray, taking advantage of the playtime at the school of Don Juan Checa, the leaves of the eucalyptus trees for foot baths against colds, listening to the rehearsals of the Band of the Regiment «Argel 27», being amazed by the love affairs, sharing watermelons on summer nights… And the memory of the girls, my mother commented, singing: «You can’t play on the Paseo Alto, because there are very silly children who come and get in our way».
— Paseo de Ibarrola. An enormous lung of Cáceres,» Don Valeriano told us one evening.
            The gang was astonished. One of us, perhaps because he was their offspring, pointed out:

«But it’s the Paseo Alto:
— But it’s the Paseo Alto…. Or have they changed the name?
            Don Valeriano looked at us in a kindly and, I would say, learned manner. Afterwards, my father gave us a few brief glimpses of the figure of the writer and legal scholar who lends his name to this corner that we keep in our souls, between the essences of children and adolescents, emphasising his prestige, his contribution to law and literature and the honour of giving his name to a place where Mr Ibarrola walked, breathing his lungs out. A walk that Don Valeriano declared to have a marked character. He also insisted on the difference between real names and those imposed by popular idiosyncrasy. As examples: Margallo Street, which we called Moros, the Plaza Mayor, then General Mola, or Gómez Becerra Street, also known as Pulmonía. When Don Valeriano met the gang he would stress:
— What is the name of the Paseo Alto?
            And all at the same time humming:
— Don-Jo-sé-de- I-ba-rro-la, i-lus-tre- es-cri-tor….
            So many years later, it seems that few people know about Don José, as Don Valeriano would say.

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