"Los pueblos cacereños se desvencijan en soledades y silencios.....". "The villages of Cáceres are becoming rundown in loneliness and silence.....".
Que no nos vendan burras. Juan de la Cruz Gutiérrez, Periódico Regional Extremeño, 24.06.2021
Esa España Vaciada, con la que algunos se lo montan bien, afronta en el abandono humano del campo y pueblos, una de las bases de unos excepcionales cambios sociales, económicos, laborales, industriales.
Los pueblos cacereños se desvencijan en soledades y silencios, sin mayores destemplanzas que las de sus gentes. Los jóvenes emigran del pueblo donde les nacieron, por carencia de expectativas, los mayores se asfixian entre ausencias familiares y faltas de servicios, la economía se hunde…
Pregonaban y publicitan algunos «ilustrados”, al olor de los desastres de la pandemia, en una nueva oleada migratoria, que se fomentaría, por darle algún nombre, la cultura de los pueblos, y los incentivos por expandir el fenómeno del teletrabajo como una peregrinación hacia la recuperación de nuestros municipios…
Qué quieren que les diga… No hay que confundir la velocidad con el tocino ni los alientos anímicos de un fin de semana, de excursión y viaje por cualquier ruta cacereña, rebaños, horizontes, casas rústicas, buenas viandas, fotografías, visitas por lugares recónditos, con el día a día en esas áreas geográficas, asoladas de grave decaimiento demográfico y envejecimiento de sus gentes… Que se fueron los jóvenes, que se fueron los maestros, que se fueron los médicos, que se fueron los estudiantes, que se fueron los bancos, que se fueron las farmacias, que se van los pastores… ¿Quién se queda bajo el desmoronamiento de los pueblos?
Sin cerrar los caminos ni esperanzas a las expectativas renovables y otros recursos, los pueblos cacereños continuarán abatiéndose, quedando en reliquias del pasado, que, aun así, se sostienen por un puñado de luchadores.
Me duele tanto escribir estas líneas que anhelo leer razonamientos esperanzados de políticos y cercanías que semejan predicaciones misioneras y videncias, cuando todo apunta, salvo alguna excepción, a una cada vez mayor desertización de la provincia. Si el articulista está errado en su tesis, bienvenida la repoblación y recuperación de nuestros pueblos, aunque algún osado lance, al respecto, proclamas imperiales que no hay forma humana de entender.
Las cosas claras y el chocolate espeso.
ENGLISH
This Empty Spain, with which some are doing well, faces the human abandonment of the countryside and villages, one of the bases of exceptional social, economic, labour and industrial changes.
The villages of Cáceres are becoming empty in solitude and silence, with no greater intemperance than that of their people. Young people emigrate from the village where they were born, due to a lack of expectations, the elderly suffocate in the absence of their families and lack of services, the economy collapses?
Some «enlightened» people, at the smell of the pandemic disasters, in a new migratory wave, were proclaiming and advertising that the culture of the villages would be encouraged, to give it a name, and the incentives to expand the phenomenon of teleworking as a pilgrimage towards the recovery of our municipalities…
What can I say… We must not confuse the speed with the bacon, nor the mood of a weekend, of excursions and trips along any route in Cáceres, herds, horizons, rustic houses, good food, photographs, visits to remote places, with the day-to-day life in these geographical areas, ravaged by serious demographic decline and ageing of their people… That the young people have gone, that the teachers have gone, that the doctors have gone, that the students have gone, that the banks have gone, that the pharmacies have gone, that the shepherds have gone? Who is left under the crumbling of the villages?
Without closing the roads and hopes to renewable expectations and other resources, the villages of Cáceres will continue to crumble, remaining relics of the past, which, even so, are sustained by a handful of fighters.
It pains me so much to write these lines that I long to read the hopeful reasoning of politicians and locals that resemble missionary preaching and vision, when everything points, with a few exceptions, to an ever-increasing desertification of the province. If the writer is wrong in his thesis, welcome the repopulation and recovery of our villages, even if some daring person launches, in this respect, imperial proclamations that there is no human way of understanding.
Things are clear and the chocolate is thick.
Translated with www.DeepL.com/Translator (free version)