Ayer día 10 muchos venezolanos, y mucha gente en el mundo, se desilusionó, nos vinimos abajo, apagamos los tocadiscos, pero eso solo duró unos minutos porque la esperanza sigue vive, porque la fuerza interior volvió a renacer, porque Venezuela será libre pronto.
Agustín Santana, 11.01.2025
Ayer día 10 Nicolás Maduro y su banda mataron en Caracas a La Música, porque La Música es la expresión de las emociones, de las ideas, de las identidades culturales, y por tanto La Música es Libertad, es Amor.
Ayer día 10 fue un día triste para todos los venezolanos de bien, para todos esos venezolanos que no salieron a las calles a las once de la mañana cuando la banda criminal había juramentado a Nicolás Maduro como Presidente. En las calles de Caracas, en su juramentación, solo había militares, sodados con armas, policías vigilando y tres sátrapas acompañándole.
Los Presidentes de Cuba, Nicaragua y Congo se sentaron al lado del perverso, arropándole, aplaudiéndole, convirtiendo a Venezuela en la nueva Cuba de Latinoamérica, en la Cuba que no tiene electricidad ni agua para su población, en la Cuba donde el 90% tienen que comer chícharos todos los días, donde tienen que hacer colas de horas para conseguir un poco de arroz, donde la gente vaga y vaga todo el día por las sucias calles para encontrar algo que llevarle a comer a su familia, a los niños, a sus viejitos.
Ayer día 10 Gustavo Dudamel se quedó huérfano, se quedó sin su batuta, y Carlos Baute se quedó sin voz, mudo, y Illan Chester revivió el holocausto vivido por su familia con el admirado por Maduro Adolf Hitler.
