El puchero canario es un cocido más de los tantos que se harán en toda España. Como en toda cocina lo más importante será el cocinero y los ingredientes que se usen. Acabo de degustar un puchero que ha resultado una maravilla. Claro que los ingredientes, como dije antes, son muy importantes. Este puchero tenía papas de punta, de aquí de Gran Canaria, pollo de corral que compras en cualquier super, un trozo de chorizo que traigo de Cáceres, de donde traigo también el café portugués, y unos garbanzos que compré con mi amigo Tomás Gil cuando estuve en su Córdoba natal hace unos meses.
El cocinero mi mujer, Montse Darias, que de casta le viene al galgo. Todos los Darias fueron unos grandes cocineros; Enrique Darias, que fundó la actual La Cocotte en León y Castillo, tuvo sus primeros pasos en la cocina en Londres en los años sesenta, cuando los canarios tenían que emigrar para buscarse un futuro. Empezó de pinche y terminó con un restaurante en Lancashire que tuvo mucho éxito. En los noventa regresó a Gran Canaria y abrió el Restaurante La Cocotte en los bajos del Hotel Reina Isabel, también con mucho éxito. Y después decidió abrir la tienda de comidas La Cocotte actual que dirige su hija Emma. Durante unos años trajo aves de caza de Londres y hacía patés solo para la familia y amigos. Un manjar irrepetible, una joya culinaria. Enrique Darias, uno de los grandes en la cocina.
Por tanto este puchero tiene detrás cierta tradición. Mi suegra, Yeya como le llamábamos en familia, era una cocinera hecha a si mismo; seguramente con influencias de la madre de Enrique, hacía unos guisos exquisitos con productos de la tierra, y sus dulces y sus truchas de navidad eran todo un espectáculo para la familia y para los vecinos del barrio.
Creo que he disfrutado tanto este puchero por esa tradición. Quica, la madre de Enrique; mi suegra Rosario Martín Yeya una mujer adelantada a su época y una cocinera extraordinaria; Enrique Darias uno de los mejores cocineros que conozco, sin duda entre los grandes que he conocido; y Montse Darias que ha continuado con ese especial talento del sabor, del gusto, del paladar………………………
The Puchero canario is one more of the many that will be made throughout Spain. As in every kitchen the most important thing will be the cook and the ingredients that are used. I just tasted a pout that turned out to be a marvel. Of course, the ingredients, as I said before, are very important. This pout had potatoes of punta, from here from Gran Canaria, free-range chicken that you buy in any super, a piece of chorizo that I bring from Cáceres, from where I also bring the Portuguese coffee, and some chickpeas that I bought with my friend Tomás Gil when I was in his native Cordoba a few months ago.
The cook my wife, Montse Darias, who casts him to the greyhound. All the Darias were great cooks; Enrique Darias, who founded the current La Cocotte in León and Castillo, had his first steps in the kitchen in London in the 1960s, when the canaries had to emigrate to pursue a future. He started with a prick and ended up with a restaurant in Lancashire that was very successful. In the 1990s he returned to Gran Canaria and opened the Restaurant La Cocotte on the ground floor of the Hotel Reina Isabel, also with great success. And then he decided to open the current La Cocotte food store run by his daughter Emma. For a few years he brought hunting birds from London and made pates only for family and friends. An unrepeatable delicacy, a culinary gem. Enrique Darias, one of the greats in the kitchen.
Therefore this pout has a certain tradition behind it. My mother-in-law, Yeya, as we called her as a family, was a self-made cook; Surely with the influences of Henry’s mother, he made exquisite stews with products of the land, and his sweets and Christmas trout were a spectacle for the family and for the neighbors of the neighborhood.
I think I’ve enjoyed this pout so much because of that tradition. Quica, Enrique’s mother; my mother-in-law Rosario Martín Yeya, a woman ahead of her time and an extraordinary cook; Enrique Darias one of the best chefs I know, no doubt among the greats I have ever met; and Montse Darias who has continued with that special talent of taste, taste, palate…………………..