O DIOS O EL DINERO. “El Clan de los Cinco Mil”

Lo mismo ocurre en los demás partidos. Los privilegios de una clase política, cada vez más abundante y poderosa, inclinan la balanza claramente ante una decisión como la que planteaban Jon Sobrino o José María Díez Alegría.

Agustín Santana, 23.04.2024

En 1990 los Teólogos de Juan XXIII celebraron en Madrid su X Congreso con el título “O Dios o el Dinero” y la balanza de la elección en aquellos tiempos estaba más igualada.

Treinta y cuatro años después la sociedad, yo diría que en España y en el mundo, está bastante más inclinada y decidida. El reflejo más claro de la situación se puede ver en el “Clan de los Cinco Mil”, Mayoría política que triunfa en las votaciones y arrolla en países ricos y pobres.

Centrémonos en España, donde los políticos que mandan (y los que no también) están copando todas las instituciones y los poderes y se han hecho dueños y señores de la economía, aceptado por una sociedad sumisa, obediente, subordinada.

Un trabajador español afortunado, clase media baja, tiene unos ingresos hoy de unos dos mil euros. Si su pareja trabaja y también es afortunada ingresan en su casa cuatro mil euros. Son ricos.

Un político medio bajo ingresa hoy unos cinco mil euros, es muy probable que su pareja encuentre también un trabajito político que le aporte otros cinco mil euros. Ingresan en total diez mil euros, son millonarios en España. Todo depende de las listas de sus partidos y de sus contactos. Nada tiene que ver los currículos ni las habilidades, con la obediencia ciega está conseguido.

El Partido Socialista Obrero Español actual ya no existe como partido demócrata. No hay contestación interna, funciona con un líder al que todos obedecen sea lo que sea que haya que decidir. La Disciplina de Voto está vigilada, y si alguno se la salta sale inmediatamente del Clan de los Cinco Mil.

Lo mismo ocurre en los demás partidos. Los privilegios de una clase política, cada vez más abundante y poderosa, inclinan la balanza claramente ante una decisión como la que planteaban Jon Sobrino o José María Díez Alegría.

En España hemos visto en los últimos años como los políticos se han ido apoderando de todos los centros de poder públicos y también de los privados que dependen de los dineros de todos.

Han montado un negocio con el poder donde los que mandan están con ingresos que van desde los cinco mil a los doce mil euros al mes, además de todos los privilegios que se han ido aprobando sin negativa alguna de ningún político de ningún partido.

Por tanto la política la han convertido en un negocio del que nadie quiere salir, y todos los participantes tienen como principal misión llegar a fin de mes con su nómina en el banco.

Atrás han quedado aquello de las ideologías, del socialismo favorecedor de los más desvalidos, del capitalismo de la propiedad privada y de bienes y servicios con beneficios dispares según las actitudes y aptitudes, del comunismo bueno que quiere repartir todo.

Nada de eso existe ya en el mundo, y la principal característica en la sociedad es la de mantener el status quo conseguido a través de unas listas de partidos políticos que se han convertido en los principales centros de contratación laboral.

¿O Dios o el Dinero? No existe si quiera la reflexión, porque una buena pregunta sería, incluso para los no creyentes, ¿O los Valores Humanos o el Dinero?, ¿O la Honestidad o el Dinero?

El dinero gana por paliza en la sociedad actual, de manera que los poderosos han conseguido que las informaciones de los medios de comunicación estén continuamente pululando por las ideas políticas del mantenimiento del poder. No hay nada más importante en la sociedad que el partido que manda agarre el poder como sea, y el que está en la oposición se mantenga en sus posiciones de privilegio intentando en todo momento quitar al otro para ponerse ellos.

¿Dónde queda la sociedad más desprotegida, aquella por la cual deberían estar trabajando todos los días los gobernantes que hemos elegido? No existe en el debate político, no es un asunto importante, como no lo es la Educación, la Ciencia y la Investigación, la Verdad y la Justicia, el Trabajo bien remunerado, una Vivienda digna.

El Clan de los Cinco Mil no quiere cambios, no quiere sobresaltos, quiere estabilidad para su casa, su familia y sus amigos, no quiere reflexiones éticas o morales sobre las decisiones que debe tomar. Las decisiones las toman los jefes y ellos a obedecer para seguir todo el tiempo posible con su buena nómina; sea cual sea la votación la disciplina de voto estará por encima para que no me echen.

De esta forma los elegidos a dedo, sin importar si están mínimamente formados, sin importar si han sido delincuentes habituales o vividores de la sociedad, se apoltronan en sus puestos de trabajo, la mayoría seguramente prescindibles totalmente, y a seguir viviendo del cuento y a intentar pasar al “Clan de los Doce Mil”, que depende solo y exclusivamente del nombramiento de sus jefes, a los que debe lealtad infinita por siempre y para siempre.

¿Y la Sociedad Civil Española donde está? Mirando expectante para no perder sus posiciones, el poder político es demasiado fuerte para enfrentarse a ellos, a pesar de que ven que van consiguiendo controlar todos los poderes, todas las Instituciones, que van avanzando en el Poder Total.

¿O Dios o el Dinero? Están votando para despenalizar las Injurias a la Religión. Ya han decido. Lo tienen claro. Los Cinco Mil euros, esperando a conseguir los Doce Mil.

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