NUESTRA NIETA MARTINA CUMPLE TRECE AÑOS.

Agustín Santana Correa, abuelo. 29.06.2025

Estaban todos los nietos juntos, hablando en la terraza, cuando noté el paso del tiempo por la vida. El pasado y el futuro se juntaron por momento en cuerpos modelados por las distintas edades, que tienen mucho camino por recorrer, y que justamente a los trece años están viviendo el paso de la infancia a la adolescencia en busca de la propia identidad.

Desde muy niña ha ido desarrollando características de una personalidad más avanzada, como el sentido común, que generalmente necesita de experiencias y de observación durante mucho tiempo que precisamente no se tienen cuando eres muy pequeño.

Martina siempre ha tenido un gran sentido familiar, en el que probablemente encuentra el apoyo emocional y la seguridad que se necesitan para el paso de niña a mujer.

Otra característica que la define es la autenticidad, es tan bella por dentro como por fuera, y va definiendo una personalidad que brilla por encima de las apariencias, con naturalidad, con desparpajo, con alegría.

Tiene los sentimientos a flor de piel, y le puede salir una lágrima inmediata tan rápida como el cambio a una amplia sonrisa.

Sus primos son sus amigos y sus confidentes y los encuentros frecuentes se convierten en verdaderas fiestas, escurridizas salidas para contarse las novedades, tardes de juegos, historias para contar, peleas y paces inmediatas.

Su padre es su referente; poco después de su trece cumpleaños cumplió cuarenta y dos y le escribió así:

“Feliz cumpleaños, papá

Hoy quería aprovechar para decirte algo más que “felicidades”. Gracias por ser como eres, por cuidarme, por estar siempre ahí incluso cuando no lo digo. A veces no sé como expresarlo, pero te valoro muchísimo y me doy cuenta de todo lo que haces por mí.

Eres un ejemplo para mí en muchas cosas. Admiro tu fuerza, tu paciencia, y la forma en la que siempre intentas dar lo mejor. Me haces sentir segura, y eso es algo que no tiene precio.

Espero que hoy puedas disfrutar de tu día, que te sientas querido y orgulloso de todo lo que has logrado, porque yo sí lo estoy. Y aunque a veces discutamos o no pensemos igual, quiero que sepas que te quiero con todo mi corazón.

Feliz cumpleaños, papá. Gracias por ser tú”   

El paso de niña a mujer es muy largo, tiene muchas etapas, y Martina las vive intensamente, como si la felicidad fuera consustancial en ella, como si el estado emocional de alegría, de satisfacción, de bienestar fuera muy fácil de conseguir.

Martina, con setenta y cuatro años tendría tantas cosas que decirte que no me importaría empezar de nuevo este escrito.

“Feliz cumpleaños, Martina.

Hoy quería aprovechar para decirte algo más que felicidades………..

 

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