Cuando la salud escasea, las entrañas del cuerpo se revuelven, sin que nunca decaiga el pesimismo, y mi mente se pone a trabajar. Hoy me dictó, uno por uno, diez sentires que tengo muy bien «agarrados»:
Qué orgulloso me siento de ser canario.
Qué suerte he tenido de nacer en las Islas Canarias.
Noto como corre por mis venas agua salada.
Me trae una paz inmensa respirar aire que huele a pino.
Me reconforta muchísimo escuchar la ola como rompe en el marisco, donde los burgados cantan folías.
Me anima contemplar el azul del mar, el blanco de las nubes y el amarillo de la arena.
Me serena el canto del pájaro canario.
Me impulsa el verde del drago y de la tunera.
Me da aire ver como descansan las olas en la orilla.