NESTOR DORESTE. «La Felicidad».

Para la filosofía oriental la felicidad se concibe como un estado de armonía interna que se manifiesta como un sentimiento de bienestar.

La felicidad

 

Algunos psicólogos han definido la felicidad como una medida de bienestar subjetivo que influye en las actitudes y en el comportamiento de los individuos. Los que se consideran felices suelen mostrar un enfoque bastante positivo del medio y se sienten motivados para conquistar nuevas metas. Es un estado de ánimo positivo.

Una serie de hechos pueden ser percibidos de manera diferente por las personas. Para unas será una situación feliz y para otras será una situación de insatisfacción. La felicidad favorece la actitud de abordar tareas y llevarlas al término propuesto.

La depresión y otros trastornos de la mente implican una notoria falta de felicidad en el individuo.

Hay tres factores que influyen en los niveles de felicidad: a) genéticos, b) asociados a la consecución de objetivos y c) socioambientales. En algunos países también influyen razones culturales.

Por ser un estado emocional y autopercibido, la felicidad es, también, un estado subjetivo que puede ser analizado mediante procedimientos objetivos.

Aristóteles y Platón opinaban que ser felices es alcanzar las metas propias de un ser humano y en la filosofía griega, en general, se decía que ser feliz es ser autosuficiente, experimentar placer intelectual y físico y conseguir evitar el sufrimiento.

Para la filosofía oriental la felicidad se concibe como un estado de armonía interna que se manifiesta como un sentimiento de bienestar.

Dicen los científicos que el sistema metabólico cerebral se suele alterar por ritmos cerebrales, por el sistema inmunológico y por el sistema endocrino y, como consecuencias de esto, el sistema nervioso se ve afectado por: ansiedades, pánico, obsesiones, fobias, manías y depresiones.

Las necesidades humanas que se deben controlar para evitar estas alteraciones se postulan en garantizar sensaciones como: alimentación, descanso, sexo, seguridad física, de empleo, familiares, de salud, amistad, afecto, confianza, respeto, éxito, falta de prejuicios y resolución de problemas.

Algunos psicólogos opinan que la felicidad depende en gran medida de factores internos como son, entre otros: el humor, la capacidad de atención, el nivel de actividad, la adaptación a los cambios y la regularidad.

En las religiones teístas la felicidad se logra en la unión con Dios y no se puede ser feliz sin esta unión. En cambio, en la escuela filosófica (no religiosa) del budismo (no teísta), donde no existe un creador ni tampoco un alma, se considera que la felicidad duradera se alcanza a través: de una postura pasiva no participativa, de la conservación de la vida y de erradicación del anhelo ansioso que implica evitar compromisos con los demás.

Sólo me queda decir que la sonrisa es una de las expresiones faciales que denotan felicidad. Por lo tanto, sonriamos.

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