NESTOR DORESTE. Instituto Nacional de Estadística sobre Canarias.

Néstor Doreste, 25.10.2024

 

Dice la prensa que, según el Instituto Nacional de Estadística, Canarias es la CCAA con peor calidad de vida de España y que los canarios, a pesar de eso, se reconocen más felices y satisfechos con su experiencia general de vida que el resto de los españoles.

 !!!Manda huevos!!! como diría el antiguo MinistroTrillo, siendo Presidente del Parlamento de España.

Los índices que se valoran para llegar a esa conclusión tienen en cuenta lo siguiente: las tasas de pobreza y de exclusión social, el grado de dificultad para llegar a final de mes, el retraso en los pagos, el trabajo, el paro y el paro de larga duración, la inactividad, la salud, la educación, el ocio, las relaciones sociales, la seguridad física y personal, la gobernanza, los derechos básicos, la tasa de homicidios y de criminalidad, la percepción de crimen, la violencia, el vandalismo, el entorno, el medio ambiente y la experiencia general de vida.

En este aspecto, Canarias tiene la nota más baja de España y su renta media es un 12% inferior a la nacional.

Este comportamiento, teniendo en cuenta los términos «cuasi» pobreza, por un lado, y «cuasi» felicidad, por otro, resulta algo paradójico, algo como un contrasentido, algo parecido a lo inaudito, sorprendente e insólito.

Los expertos dicen que, sentirse feliz conviviendo con esos datos tan negativos, es a causa de una reacción que provocan los días de sol, las temperaturas cálidas y la calidad de las relaciones humanas.  !!!Menos mal!!!

Yo no sé qué es lo que necesita la sociedad civil canaria en general para no darse cuenta del grave problema de futuro que tiene, un futuro en el que está inmersa, su futuro ¿Que le espera a un colectivo humano en el que una gran parte de sus componentes no ven el ínfimo nivel formativo, la ineptitud y la incapacidad profesional de sus gobernantes y continúa regalándole el voto cada cuatro años?

De estos horribles datos del Instituto Nacional de Estadística se desprenden dos conclusiones muy claras: el fracaso del sistema político y la pobreza intelectual de una sociedad amorfa, que carece de personalidad, propia e inerte, sin capacidad de reaccionar.

Ante tantísima y enorme mediocridad se impondrá la subvención como norma pero, eso sí, con los ciudadanos sentados en una cómoda hamaca disfrutando del sol y de una cálida temperatura.

La cultura, el conocimiento y la educación emigraron de forma irreversible. Muy poco se puede hacer.

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