Claro y fantástico discurso expresado con la hermosa humildad del isleño.
Refleja perfectamente lo que está pasando con nuestra cultura tradicional en un tono de tristeza enorme, propio del hombre y de la mujer que tienen heridas sus entrañas viendo como se le está yendo de las manos el importante y preciado don de la canariedad.
Son sabias palabras que entristece escucharlas porque es muy cierto lo que dicen: ¿qué le pasa al pueblo canario?
Esa es la gran pregunta. Ver cómo la esperanza de salvar nuestra tierra se esfuma rápidamente como el humo, es muy doloroso. Muy doloroso.
La ambición económica, la mediocre mente de los empresarios y políticos, la continua agresión al paisaje y el afán desmedido de matar la identidad con el puñal de un progreso desorganizado son los culpables directos del retroceso social, cultural y educativo de un noble pueblo que asiste impotente como se dirige hacia ningún sitio.