La corrupción es amiga del dinero y del poder. Y llega a todas partes. Volvemos a mi bungalow en el sur de Gran Canaria. Pasó la pandemia, llegó 2021 y años siguientes. Y comencé a tener un sueño repetitivo. Un cuento en el sueño.
Había un pastor que cuidaba sus ovejas y tenía la ayuda de un perro y de un zorro que andaba siempre jugando. . Pero el lobo estaba cerca.
Durante años el lobo había comido muchas ovejas porque el perro que había era muy manso y el zorro era feliz corriendo por la pradera. El pastor, cansado de perder tantas ovejas, cambió al perro y puso otro que vigilaba mucho más. El lobo hizo un acuerdo con el zorro. “ Me tienes que ayudar porque si no se acaba el cuento. Y si se acaba el cuento yo me marcharé y te dejaré solo. Y tú, zorro, no podrás vivir tan bien como has vivido conmigo”.
El zorro aceptó. Entre los dos podrían con el perro. El lobo seguiría comiendo ovejas y el zorro seguiría siempre en la pradera. El pastor, cuando se dio cuenta de la trampa, se quedó muy triste sabiendo que muchas de sus ovejas tenían un mal destino. El lobo y el zorro atacaron un día al perro fiel y lo expulsaron de la finca. “Ya tenemos todo solucionado”.
El zorro sabía que nunca podría con el lobo, que el beneficio de su acuerdo era solo para el lobo, pero al menos viviría tranquilo en la pradera y el lobo no le atacaría.
El Pastor se dio cuenta que no podía hacer nada. Habían echado al perro, el zorro viviría en la pradera sin que el lobo le molestara y el lobo cuidaría de las ovejas. Podría comer las que quisiera sin que nadie pudiera hacer nada.
Dice la historia que los cuentos se pueden hacer realidad. Y en el Sur de Gran Canaria este cuento se hace realidad con mucha frecuencia.
La pregunta es, ¿Cómo es posible que el zorro, amigo del pastor, ponga al lobo a cuidar a las ovejas? El pastor preguntó por las montañas si alguien sabía por qué el zorro le traicionaba y ayudaba al lobo a comer ovejas. Pero nadie le respondía. Nadie tenía respuesta a la estulta actitud del zorro. El zorro era un Ladrón de esperanzas. A escondidas.
Una noche el pastor tuvo un sueño y oyó una voz que le decía: “Los ladrones de esperanza no saben lo que hacen, ni quieren saberlo. Se creen poseedores de la verdad y de toda la esperanza del mundo. Pero cuando su amigo el lobo se marche se quedarán solos. Y ellos serán los tristes. Volverá la esperanza a todos”.
Me despertó un rayo de sol y el canto de los pájaros. Había sido una pesadilla. Pero la realidad es que el zorro no se ha dado cuenta de lo que ha tenido que pagar este año pasado para mantener todo ese cuento. Sigue creyendo que ha pagado 150 euros. Pero si le sumas 500 euros ha pagado en total 191 euros. Y para el año que viene se preveé que serán 220 euros.
Fin del cuento y del sueño: Este zorro es tonto. Ayuda a que el lobo coma más ovejas y el que las está pagando es él. Este año 191 euros, el año que viene, dependiendo de lo que coma el lobo, 220 euros ……o más, mucho más…….
Pero, ¿a quién se le ocurre poner un lobo a cuidar a las ovejas?
Pues a muchos queridos lectores. A muchos. A pesar de que se les avisa. Se les ocurre a los Ladrones de Esperanza.
Muy bueno Agustin
Mi buen abogado y mejor amigo Manolo Dévora, Presidente de Las Palmas Acoge, que durante su vida personal y profesional ha parado a tantos ladrones de esperanza y ha devuelto el optimismo a tanta gente.