LA UNION DEPORTIVA LAS PALMAS, un mal negocio más que un Club de Fútbol.

Los tiempos cambian y todos nos adaptamos. Pero la esencia no se puede perder, si pierdes el alma no quedará nada. Quizás dinero, pero, ¿para qué o para quién?

Agustín Santana, 14.07.2023

El 19 de enero de 2020 Miguel García Vega publicaba un artículo llamado «Una burbuja llamada fútbol». Y decía: «Oligarcas, jeques y millonarios compran clubes y algunos países usan este deporte para mejorar su imagen».

La Unión Deportiva Las Palmas del Estadio Insular, la que nació de la generosidad de cinco equipos y de sus aficiones, ese equipillo que fue de todos, se diluye cada año más como un azucarillo en el agua.

En 1949 se vivió en Las Palmas de Gran Canaria un hecho único en el mundo del fútbol con el nacimiento de nuestro equipo, con el ascenso en su primer año de regional a segunda división, y consiguiendo ascender a primera división en su tercer año de vida, en 1951. Con la llegada de Tonono, Guedes y Germán nuestro equipo se convirtió en la admiración de toda España.

El amor a los colores azul y amarillo, al Estadio Insular, a la afición de familias enteras llenando aquellas gradas de cemento, al grito de «Gol en el Insular» del Carrusel Deportivo, a todo ese amor respondió toda Canarias con gritos del alma: ARRIBADELLOS.

A Tonono, a Guedes y a Germán les llovían las ofertas con muchísimo más dinero del que ganaban y se negaron a dejar al equipo. Por supuesto que todo cambia, que es lícito que nuestros jugadores de hoy tengan que cambiar a otros equipos para aceptar mejores ofertas, pero la esencia del equipo, el alma amarilla no cambia ni se vende.

Hoy leemos en la Provincia en el artículo de Paco Cabrera que la intención de la entidad grancanaria es la de sacar el máximo rendimiento económico a la operación de compra del jugador Daley Sinkgraven. Alta a coste cero, generación de patrimonio  y saldo millonario. Lo tenemos un año, lo revalorizamos y lo vendemos el año que viene.

El presidente actual Miguel Angel Ramírez, procesado por un presunto fraude a la Seguridad Social de casi cuarenta millones de euros, que presuntamente usó para ganar concursos para su empresa con precios fuera de mercado, presuntamente perjudicando a cientos de sus trabajadores, este presidente de la Unión Deportiva Las Palmas, dueño hoy de nuestro equipo del alma, usa a la entidad deportiva más importante de Canarias para hacer negocio de dinero fácil a costa de la esencia de nuestro fútbol canario y de nuestro equipo del alma.

La clase política actual, con líderes y partidos políticos que carecen de autoridad moral  para dirigir los destinos de nuestro país, consiguen ganar millones de votos para llegar al poder. Y la sociedad civil española admite todo, dormida y sin respuesta ética alguna, admite todos los disparates que dicen y hacen personajes sin escrúpulos que usan el espacio público para su beneficio particular. Sin esconderse, a la vista de todos.

Exactamente lo mismo hace el presidente Ramírez consiguiendo más de veinte mil canarios que se hacen socios de nuestro equipo admitiendo su nefasta política deportiva.

Un equipo filial que fracasa en ligas menores  no habla bien de la política de cantera. Y un primer equipo que se conforma comprando jugadores a coste cero, jugadores que no quieren en ningún otro equipo, que quedan libres por no ser titulares, o por lesiones, o porque no son jugadores de categoría.

No señor presidente. Esta no es la Unión Deportiva Las Palmas que viene del Estadio Insular, la que queremos los canarios, el equipo que juega al fútbol para ser competitivo, para ganar jugando con el tiquitaca inventado por Tonono, por Guedes, por Germán y por aquel equipo de ensueño. A los viejos aficionados canarios no nos importa perder partidos, ni si quiera perder la categoría que nunca debimos perder. Pero algunos tampoco queremos ver a nuestro equipo haciendo el ridículo en primera división con jugadores que no dan la talla para nuestra historia.

La Unión Deportiva Las Palmas tiene que ser eficiente económicamente, pero no solo para que los dueños ganen dinero. Tiene que ser eficiente para ser un club de fútbol digno de nuestra fantástica historia.

Señor Presidente, en su juicio en los juzgados deseo que se haga justicia. En la Unión Deportiva Las Palmas deseo tener una dirección deportiva que establezca una filosofía de fútbol de acuerdo con nuestras características, con nuestra historia, actualizando todo lo que se necesite, pero sin perder la esencia canaria, nuestra identidad.

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