ESPAÑA MACONDERA IV: Un león de ministro.

El negociador al candidato: "¿No nos habremos pasado metiendo en el hemiciclo a los dos leones?".

Agustín Santana, 28.09.2023

Negociador: Qué risa me ha dado cuando salió a contestar nuestro último de la fila y todos vieron que te quedabas sentado.

Candidato: Tenía ganas de reirme a carcajadas pero me contuve.¡Qué gran humillación he conseguido! No se lo esperaban, pero es que todavía no me conocen bien. 

N: Y lo mejor fue cuando llegó al atril y sentó a los dos leones a su lado. La mirada del otro candidato era de miedo, de pavor. Pero jefe, nadie se dió cuenta de que faltaban los dos leones en la entrada. Y valió la pena, se acojonaron.

C: Si, pero ahora el último de la fila me va a pedir un ministerio.

N: Tenemos cincuenta y seis ministerios a repartir, no hay problema jefe. Le damos un ministerio al león.

C: Será divertida esta legislatura. Tenemos un burro de ministro y ahora un león. Solo falta que necesitemos alguna ayuda y salga por ahí un canario en jaula pidiendo también su sillón. 

N: ¡Qué buena idea! ¿se imagina jefe?. Despertándonos por las mañanas con su pío pío……

C: Lo que hay que hacer para mantener el poder. Un burro, un león y un pájaro de ministros. 

N: Los Consejos de Ministros serán mucho más divertidos, estoy deseando que machaques al Apolinar en la próxima investidura y empecemos ya a aprobar leyes orgánicas. 

C: Joder con este Apolinar, se defendió bien. Lo malo de este tío es todas las mentiras que dice…..

N: Prohibido de hablar de mentiras, es tu primera orden para todos. Ni de mentiras ni de cambio de opinión. 

C: Con tanto cambio de opinión me había olvidado de no hablar de las mentiras.

N: Y otra cosa muy buena: los que viven lejos se olvidaron de exigir el silbo gomero para empezar y acabar las sesiones.

C: En cambio el fugado sigue dando el coñazo, y los que no se largaron también. No se conforman con un acuerdo, los quieren todos.

N: Los tengo dominados jefe. Mi melena al viento hace milagros……

C: Continuará…… o no, en Macondo nunca se sabe.

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