Unión Deportiva Las Palmas. La dirección y el entrenador.

No todos los entrenadores pueden dirigir a la Union Deportiva Las Palmas

Agustín Santana, 29.09.2023

Regresamos a Primera División en 2023 y para un club como la Unión Deportiva Las Palmas debe ser para quedarse, para consolidarse, para vivir en la máxima categoría.

La afición del Estadio Insular no es un dinosaurio, no está anticuada, sigue tan viva como el juego pausado de nuestro equipo, el famoso tiki taka que hicieron famoso los canarios de principio de siglo, y que después maravilló en toda España, en los años sesenta y setenta, con uno de los mejores equipo que he visto jugar en mi vida.

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Por supuesto que no se trata de nostalgia, de querer tener lo imposible, no es posible repetir aquél equipo. Pero la herencia de Padrón, Campos, Molowny, Tonono, Guedes y Germán, su estilo de juego, ha quedado para siempre en nuestro equipillo. No puede venir ningún entrenador a cambiarla o a apropiarse de ella.

He escuchado a muchos comentaristas hablar del «estilo de juego de Pimienta», que Las Palmas hace el juego de su nuevo entrenador. Falso. El estilo de Pimienta no se conoce porque no ha pasado de los filiales del Barcelona, donde el estilo no lo marca el entrenador, viene de la Masia, y en los últimos años de Johan Cruiff.

Las Palmas siempre ha jugado a lo que tiene en su memoria el club y los jugadores: el juego pausado, aplatanado como nos dicen desde fuera, desde atrás, combinando, pasando al jugador mejor colocado, apoyándose unos a otros para no perder la pelota, marcando el ritmo del partido, parándolo cuando interesa y haciendo un cambio de juego inesperado o un ataque rápido por las bandas o por el centro después de muchos pases que descolocan al contrario. Mucha técnica individual que se prestan unos a otros. Y si no hay técnica individual no se puede hacer. Lógico: Se contrata a coste cero, nada de gasto ni de inversión.

Nunca me ha gustado el entrenador Pimienta y creo que deberíamos buscar otro entrenador urgentemente por los siguientes motivos:

1.- Las sensaciones en los partidos no son de equipo competitivo que vaya a ganar el partido. Y se gana poco.

2.- Porque no sabe usar a los jugadores y los va perdiendo poco a poco.

Curbelo era un buen defensa cuando él llegó, pero no se le puede pedir que dentro del área retenga la pelota, drible y le pase al compañero mejor situado. Está teniendo fallos infantiles que se pueden corregir, pero que dan problemas a la defensa cada vez que juega.

Nfulu era un portento en su parcela de juego, recuperaba muchísimos balones y los repartía con criterio. Ha desaparecido, y cuando juega lo hace mal, como en Madrid.

Pejiño es el ejemplo más claro: era el mejor jugador del equipo junto a Viera. No lo pone, lo pone cinco minutos o lo quita en el descanso. Para mi modo de ver le ha quitado seguridad, lo ha maniatado a la banda y no le permite jugar cómodo. De ser determinante ha pasado a ser uno de los más flojos del equipo. 

A Moleiro lo ha estancado, no mejora y repite los mismos fallos partidos tras partido. No corrige sus defectos y no potencia sus virtudes.

Se le notan preferencias sobre jugadores y los pone en el puesto que sea, para que jueguen. 

Cambia continuamente las alineaciones, no hay una alineación de los mejores.

Mantiene a los peores que estén jugando si son de su agrado. Munir para él debe ser Messi, y ya no es si quiera Munir.

Hace cambios que nadie espera, solo de jugadores, no cambia nunca de táctica o de planteamiento, cambia puesto por puesto  aunque el jugador que entre no vaya bien en esa posición.

Por último la alineación en el Bernabéu fue un disparate, una locura. Tuvimos suerte porque los delanteros del Madrid no estaban bien, y porque Valles hizo un partido antológico, porque podríamos haber terminado con ocho o nueve a cero. O más si llegan a jugar sus titulares.

Por todo esto creo que hay que despedir a Pimienta y contratar a otro entrenador, mejor ahora que dentro de cuatro partidos.

Pero el gran problema viene desde la dirección del club. El Presidente solo quiere hacer negocio, es lógico porque es el dueño, pero no en la Unión Deportiva Las Palmas nacida en 1949 de cinco equipos diferentes que entregaron sus colores, sus jugadores, sus aficionados y su pasión por el equipo de sus vidas. Nuestro equipillo ha tenido mala suerte. Ha caido en las peores manos posibles.

Y la afición es la única que puede cambiar eso. Pero parece que lo que le importa a la mayoría de los aficionados es ganar. Y si no se gana o no se compite, o no se juega bien o no se tiene un mejor futuro, o se hace el ridículo como en Madrid no pasa nada. El sábado más futbol del que sea. Y si el Presidente le escacha la cabeza a un periodista o a un aficionado que no está de acuerdo con él tampoco pasa nada. Es el que manda.

Esa no es mi Unión Deportiva Las Palmas, la que nació en 1949 para hacer honor al Real Club Victoria, al Marino, al Gran Canaria, al Arenas y al Atlético Club. Y  a Tonono y a Guedes. 

La recuperaremos. Ojalá que sea pronto.

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