ELECCIONES POLITICAS, día 28. Votar, pero, ¿a quién?

Agustín Santana, 21.05.2023

Lo siento. No soy capaz de ir a votar. En las últimas elecciones no acudí a votar y en estas del día 28 tampoco lo podré hacer. En las anteriores había decidido votar por el partido que estaba en la oposición, para intentar la alternancia en el poder y tratar de romper los malos hechos establecidos como normas.

En España, pese a quién le pese, tuvimos una transición de la dictadura a la democracia ejemplar, con la inclusión de todos los partidos constituyentes de aquel momento, y con la construcción de las bases democráticas con la participación de todos.

Los primeros años, y siguientes, de aquellos complicadísimos momentos, fueron de aceptables gobiernos, de alternancia en el poder,  de buen parlamentarismo y de buenos políticos.

La degradación de los políticos, y de las politicas que practican, ha ido creciendo elección tras elección hasta llegar a este mamotrético sistema de hoy donde mandan los cuatro de arriba y los miles que están por abajo, cada vez más miles, sin formación, ni ética, ni moral, van levantando el dedo a la orden de su amo.

Decisiones y leyes injustas son aplaudidas y aprobadas por los que deciden y denostadas por los contrarios. Ni uno solo, ni de un bando ni de otro, les remueve la conciencia para decir NO, no estoy de acuerdo.

Y de esta forma han potenciando liderazgos personalistas, apegados al poder, sin ideales salvo los de cada familia, y agigantando un aparato público innecesario, ineficaz, cada vez más arribista, conformando una nueva clase media mayoritaria parásita, que absorve a los que nadie quiere mientras se sometan a los dictados marcados por los jefes.

El talento y el buen liderazgo huye de España. Los más necios se arriman. Y la improductividad y el monstruo del gasto público sigue creciendo hasta que, más pronto que tarde, estalle la bomba de la nada en que hemos convertido a nuestra sociedad actual.

Estoy buscando a un partido político, o a un político,  que cambie España, que cambie Canarias, que defienda nuestras singularidades como el REF por encima de Madrid, que tenga como objetivo los Derechos Humanos y el bien común, que tenga como norte los más desfavorecidos. Que respete la libertad y no la dependencia y tampoco el libertinaje.

Lo siento. No lo encuentro. No me veo capaz de depositar mis esperanzas  en ninguno. Espero y deseo que la sociedad civil española, y la sociedad civil canaria, despierten y actúen. En favor de todos, y especialmente, en favor de los más olvidados.