Y tuvimos la suerte de visitar el pueblo y la casa del padre de Tolomeo. Y aquí empieza la historia del bastón de su abuelo. No recuerdo absolutamente nada del momento en que recibí ese bastón, en qué año y cómo fue. Lo que se es que ha estado conmigo muchos años, siempre en mi despacho y ahora en mi casa.
El padre de Tolomeo, en el centro de la foto, se llamaba Jesús Nsibi Esono Nchama y seguramente recibió el bastón de su padre que se llamaba Esono Obama, que era agricultor y vivía en una aldea llamada Mbee en las inmediaciones de Niefang.
Cuando el padre falleció emigró a Mikan en la provincia de Litoral, distrito de Bata. Después de la época colonial el pueblo se encontraba a 31 kilómetros de Bata y después de la remodelación de las rutas actualmente está solo a 19 kilómetros. Jesús Nsibi era sanitario en el Hospital de Bata y en su jubilación se retiró a Mikan donde sirvió como catequista en su Iglesia.
Hablaba fang y vivía en ese pueblo tan bonito enclavado entre los ríos Ekuku y Tuan . Son ríos rocosos con cascadas con abundantes langostinos y gambas. Generalmente se pesca las gambas con nasas. Forma parte de la economía de esta zona ya que las gambas son muy cotizadas en los grandes hoteles de la cuidad.
Tuve una maravillosa experiencia con mi anfitrión y amigo en Guinea Ecuatorial, José Antonio Elomba, en un pueblo cuyo nombre no recuerdo pero que tengo la impresión de que estaba en esta zona de Mikan. Llegamos a ese pueblo y se celebraba un funeral.
Era un pueblo muy pequeño, y en el centro destacaba su plaza que tenía un banco y estaba rodeada por una valla de madera. Le llaman “Abaá”, que significa “La Casa de la Palabra”. Maravillosa definición para el lugar central del pueblo, donde se reúnen para hacer celebraciones, incluso juicios y debates.
La gente del pueblo estaba de pie alrededor y en el centro un orador que hablaba, seguramente en fang o en bubi. Le pregunté muchas veces a Viñas qué decía, pero había bailes y cantos y no le escuchaba bien porque me tenía que hablar muy bajito. Una mujer que tenía un niño pequeño lo metió en la plaza y el orador lo cogió y seguía hablando mientras la gente cantaba. Solo recuerdo que hablaba de los espíritus del pueblo y les pedía cosas, para el fallecido y para el pueblo.
En la casa del fallecido había una habitación donde estaban las mujeres y otra los hombres, en los dos sitios con abundante comida. Todos eran bien recibidos, y hablaban, y comían.
Una experiencia inolvidable.
Yo siempre he pensado que el bastón del abuelo de Tolomeo, el bastón que seguramente hizo él mismo, en la aldea Mbee, cerca de Niefang, guarda recuerdos de esas Casas de la Palabra. Guarda el sentido espiritual y mágico del Africa profunda.
Este pequeño relato está dedicado especialmente al abuelo Esono Obama, al que no conocí, al hijo Jesús Nsibi, con el que pude hablar mucho menos de lo que me hubiera gustado, y al nieto Tolomeo Mikó Nsibi, con el que pude compartir muchos momentos bonitos.
Gracias Tolomeo por haber confiado en mí entregándome algo tan valioso como el bastón de tu abuelo. Todo un honor.