El autócrata y la elección política de pasado mañana 23 de julio.

La sociedad civil española tendrá que despertar. Estamos ante unas elecciones políticas del disparate, del y tú más, de las pasarelas, del postureo, de la falsa politica y del dinero fácil como bases para el poder perpetuo.

Agustín Santana, 21.07.2023

La calidad politica en España se ha ido deteriorando cada año más desde que comenzó la democracia a la muerte de Francisco Franco.

Afortunadamente en los años setenta se implicaron en la política española personajes de la sociedad civil con una gran preparación que apoyaron a los políticos de entonces a salvar una situación muy delicada.

Todos pusieron muchísimo de su parte porque lo que nos jugábamos era muy importante para el futuro de España. Los partidos políticos se reunieron y pactaron lo mejor para la nación, lo mejor para todos, en lugar de lo mejor para sus ideales políticos.

Pero en los ultimos años los derechos humanos y el bien común no son el objetivo principal de la clase política española. El objetivo número uno es gobernar, y el número dos es mantenerse en el poder. Y esto se puede admitir como objetivo de los partidos y de los políticos, lo que no se puede admitir, y es lo que está primando en España, es que esos objetivos haya que conseguirlos por encima de todo, de los propios ideales, de los programas presentados para que les voten, de promesas realizadas ante los micrófonos y ante el público que luego no se cumplen.

A través de las redes están enviando el documental  «El Autócrata, un retrato político de Pedro Sánchez». Lo he visto y estoy de acuerdo en la presentación del personaje y en su negativa influencia en una España que está arrinconando a los más débiles, a los autónomos y a las empresas en favor de un desmedido gasto político. No lo incorporo en este artículo, el que quiera lo puede ver en youtube.

Apoyar a lo público es absolutamente necesario, pero no para tener un monstruo de organización política, cada vez más grande, más costosa, y más inasumible para que los políticos y los partidos políticos tengan su vida resuelta. Primero porque no es el objetivo de un estado o gobierno, y segundo porque para pagar esa organización hay que exprimir a toda la sociedad para obtener ingresos, a los que tienen, porque hay muchos españoles que tienen que vivir con quinientos euros de pensión. Si asfixias a las empresas, que generan la riqueza, fuerzas tanta pobreza como tenemos actualmente en nuestro país.

Tengo amigos con más de ochenta años que tienen que vivir con quinientos un euro al mes. Hemos mirado todas las posibilidades para que tenga la pensión mínima establecida por el gobierno de 780 euros y es imposible. No cotizó correctamente en su vida laboral y ahora lo condenan a vivir en la calle.

No pertenezco a ningún partido político y nunca lo haré. En las dos últimas votaciones en España no acudí a votar porque no encontré un partido, o un político, que estuviese centrado en el bien público, en la generación de riqueza para todos, en la eliminación de la pobreza en España, en unos planes de estudio consensuado con la mayoría cuyos objetivos no sean los ideales políticos sino la formación íntegra, el apoyo al talento, el refuerzo hasta lo necesario de los medios en sanidad para evitar las listas de espera, la inversión en investigación.

Mi posición política es de centro, puedo votar a favor del PSOE o del PP dependiendo de la gobernación de los últimos cuatro años. Hace años que no leo las declaraciones políticas ni veo los programas que presentan: no tienen ningún valor práctico ni real. Vox está prometiendo bajar los impuestos drásticamente y sólo se podria hacer a largo plazo, es imposible hacerlo ya. Y Sumar habla de dar 20.000 euros a cada español que cumpla dieciocho años, también imposible.

No apoyo nunca a los dos extremos. Me ilusionó el principio de Albert Rivera y le apoyé en las primeras elecciones, pero no supieron manejar el éxito. Su intervencion en el Parlamento en 2019 adelantando todo lo que iba a pasar en la gobernación de Pedro Sánchez como presidente fue brillante y certera.

Intento vivir los valores sociales de la izquierda moderada y aplicar una economía libre y eficiente donde todos los que quieran crear riqueza lo puedan hacer. La dignidad, la justicia y el éxito empresarial, de pequeños autónomos, empresas familiares, de las grandes empresas no tienen por qué estar ligados a la riqueza de unos pocos y a la explotación de los colaboradores. En  mi vida empresarial intenté conseguir estas premisas.

España, y Canarias especialmente, necesita líderes jóvenes, preparados, formados en todas las áreas, con cierta experiencia laboral, universitaria, investigadora, innovadores y creativos, que se una a algunos políticos expertos que hayan demostrado su valía y que pongan a caminar otra forma de hacer política, donde el dinero tenga su necesario lugar, donde el poder sea un medio y no un objetivo.

Líderes y equipos que estén dispuestos a dejar al estado con la estructura necesaria, y a utilizar los miles de millones que hoy se malgastan en las farándulas políticas  en la sanidad (eliminar los compartimentos estancos por regiones, personal necesario para evitar listas de esperas), en la educación, en la investigación, en el apoyo a nuestro campo y a nuestra agricultura y ganadería sin atacar las condiciones climáticas, a potenciar los valores de nuestra tierra y de nuestra gente.

La situación de nuestra tierra canaria y de nuestra gente es absolutamente deprimente. Somos los campeones en todo lo malo, en la formación y en la cultura y también incluso en la pobreza.

Estoy de acuerdo en que el autócrata no es el líder que España necesita. Estoy de acuerdo en que se tiene que evitar que el Partido Socialista en España siga perdiendo fuerza, y espero que después de las elecciones recuperemos un PSOE con líderes menos personalistas, y espero que sigamos ganando espacios de centro, centro izquierda y centro derecha y evitar los dos extremos que tanto daño hacen.

Lo más urgente en España es bajar el monstruoso gasto político y invertir esos miles de millones en lugar de en lo político en lo social, y mejorar la clase política a un nivel medio al menos. Lo que tenemos es deprimente. En todos lados.

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