CACEREÑEANDO, por Juan de la Cruz: «PERSONAJES POPULARES DE CACERES, El Capitán Garfio y otros». «POPULAR CHARACTERS OF CACERES, Captain Hook and others».

Por Juan de la Cruz, publicado el 5 de noviembre en el Periódico Regional Extremeño HOY...............................By Juan de la Cruz, published on 5 November in the Extremadura Regional Newspaper HOY.

El Nano, "el santo de las estampitas de Cáceres, fallecido en 2011".................................El Nano, "the saint of the holy cards of Cáceres, who died in 2011".

 

Juan de la Cruz Gutiérrez, Periódico Regional Extremeño»HOY», 5 de noviembre de

El Capitán Garfio y otros

 

            Hace unas semanas abordamos un trabajo sobre tipos populares cacereños, más allá de los más conocidos.

            Hoy traemos a colación otros personajes. Tal cual el Capitán Garfio, a quien le faltaba la mano y parte del antebrazo izquierdo, decía que porque le estalló una granada en esa zona durante la guerra, habiéndosele colocado en el muñón una pieza de hierro que terminaba en un enorme garfio, como contemplábamos en los piratas de las películas. El aspecto de la mano imponía, pero le servía para ganarse la vida de maletero, aguantando el peso de bolsos y maletas. Entre el parador del Carmen, la estación de ferrocarril y paradas de coches de línea, entre tascas y soledades, entre silencios y murmullos, transcurría su vida.

Otro tipo popular era la Jaca Peralta. Limpiabotas gitano, que vivía por un arrabal calé del Carneril. Moreno de verde luna, alto, de pelo rabiosamente azabache, padecía una deformación en las piernas que le obligaba a caminar levantando las mismas de tal modo que más parecía una jaca, con sus mejores pasos de doma, como las que lucían los rejoneadores hermanos Peralta en los cosos taurinos. De ahí el apodo.

            También figuran en este segmento humano el Mudo, un vagabundo de chambra deshilachada, hecha miseria y aspereza, de gorra y sempiterna colilla en la comisura de los labios, que en muchas ocasiones recogía del suelo, serpenteando con la mano limosnera en busca de alguna moneda, Antoñito Jujú, otro errabundo por los lares de aquel Cáceres, que caminaba a grandes zancadas, con la cabeza en otro mundo, boina calada hasta las orejas, los brazos cruzados pero por la espalda, tal cual un contorsionista, sonrisa descuidada ante el enigma de la vida, o Margallo, familiar lejano del general, falto de una pierna, que vivía de las dádivas generosas de los cacereños de las que buena parte se perdía en tabernas, como bien sabían en La Catalana, apagando sus penas.

            Otros cacereños en la historia de la ciudad.

ENGLISH

 

            A few weeks ago we dealt with a work on popular characters from Cáceres, beyond the best known ones.
            Today we bring up other characters. Such as Captain Hook, who was missing his hand and part of his left forearm, it was said that this was because a grenade exploded in that area during the war, and he had a piece of iron attached to the stump that ended in an enormous hook, as we saw in the pirates in the films. The appearance of the hand was imposing, but it was used to earn a living as a porter, supporting the weight of bags and suitcases. Between the Parador del Carmen, the railway station and car stops, between taverns and solitude, between silences and murmurs, he spent his life.
Another popular type was Jaca Peralta. A gypsy shoeshine boy who lived in the Carneril suburb of Carneril. Dark, moon-green, tall, with rabidly jet-black hair, he suffered from a deformity in his legs that forced him to walk with his legs raised in such a way that he looked more like a jackass, with his best dressage steps, like those worn by the Peralta brothers in the bullfighting arenas. Hence the nickname.
            This human segment also includes El Mudo, a vagabond with a frayed chambra, made of misery and roughness, with a cap and an everlasting cigarette butt in the corner of his mouth, which he often picked up from the ground, snaking with his alms hand in search of a coin, Antoñito Jujú, another wanderer in the wilds of that Cáceres, who walked with great strides, with his head in another world, with his mouth in his mouth, and with his head in another world, with his head in another world, his beret pulled down to his ears, his arms crossed but behind his back, like a contortionist, smiling carelessly at the enigma of life, or Margallo, a distant relative of the general, missing a leg, who lived off the generous gifts of the people of Cáceres, a good part of which was lost in taverns, as they well knew in La Catalana, extinguishing their sorrows.
            Other cacereños in the history of the city.

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