Entabló amistad con diferentes artistas isleños como Manolo Millares, Juan Ismael, Felo Monzón, Martín Chirino y otros y empieza a ser reconocido por su forma particular de representar el paisaje canario.
Sus cuadros lo muestran como un pintor de sólidos conocimientos técnicos y una variada inspiración. Los retratos, marinas y paisajes conforman su mundo. Es en los paisajes en los que encuentra su mejor expresión. Fuertemente coloridos, con pinceladas sueltas, provocan una sensación de soledad e incertidumbre. Como retratista ha logrado obras de una singular belleza.