ACOSO A LA IGLESIA CATOLICA EN ESPAÑA.

Agustín Santana, 30.04.2024

El Gobierno de España que nos ha tocado vivir en los últimos años se ha volcado en prácticas viejas que dieron muy mal resultado. No les importa las consecuencias que trajeron a los más débiles en aquellos años en los que lo más importante era acabar con los que no estaban de acuerdo con sus políticas y con sus ideales.

Convirtieron sus ideales políticos en una verdadera religión para sus seguidores, y atacaban a la religión católica tal como si fuera su competencia en la demagogia de los sentimientos de los ciudadanos.

Dividiendo al pueblo español se conseguirá mejor. De un lado los buenos, nosotros, los que gobernamos, los que luchamos por los ideales de la izquierda política que favorece a los más débiles y ataca sin piedad a los más fuertes. De otro lado los de la derecha política y sus seguidores, a los que les gusta las buenas comidas, los buenos coches, la buena vida a costa de los demás.

Y se vuelve a repetir la historia, los que mandan son ahora los que viven bien, los de los buenos coches, y hay que atacar a todo lo que ponga en peligro la gran vida que están consiguiendo.

Atacan a la derecha política, a sus compañeros de profesión, y también a la Iglesia Católica que es el otro poder de masas que dice la verdad, que habla de una vida austera que es todo lo contrario de lo que ellos hacen, de una vida de amor al otro cuando ellos solo aman al dinero y al poder.

El acoso sexual ha sido una lacra que ha contaminado desde siempre a todos los estamentos sociales, también a la Iglesia que está formada por hombres y mujeres, con sus defectos y con sus cualidades. El acoso sexual es imperdonable, dentro y fuera de la Iglesia, y mucho más dentro porque es contrario absolutamente a las enseñanzas que dejó el Maestro de los cristianos.

Y hay que tomar medidas muy importantes para que esos hechos no vuelvan suceder nunca más.

Pero esos hechos no derriban toda la labor de la Iglesia Católica, que es lo que quieren transmitir los políticos actuales del Gobierno con el objetivo de socavar todo lo bueno que hay dentro de ella.

Hablemos del trabajo social de la Iglesia. El Gobierno debería estar dando las gracias todos los días por el trabajo de Cáritas Española o de las Misiones de la iglesia. Si Cáritas desapareciera el problema social que tendría España sería de tal calibre que no lo podrían soportar.

Cáritas esta desarrollando una labor social a los mas pobres y desfavorecidos que le corresponde al Gobierno, y tal sería su incidencia de no hacerlo que los políticos tendrían que abandonar todos sus lujos, su mastodóntica empresa de trabajo para sus seguidores, sus grandes sueldos, sus aviones particulares, sus prebendas de gente rica y poderosa para poder aplacar la ira de un pueblo abandonado por ellos mismos.

¡Dejen a la Iglesia Católica en paz!

Corrijan sus deseos de dinero y de poder, la pasarela de vida fácil que se han montado a costa de los más desfavorecidos de España. Dejen la política para que entren otros cuyos objetivos personales y profesionales estén basados en la justicia social, en el bien de todos, en un reparto justo de los recursos, en la representación de los que le han votado y no en los de los intereses de sus partidos y de sus familias.

¡Apoyen a la Iglesia, a las Cáritas Parroquiales y Diocesanas, a los párrocos que se desviven por sus parroquias sin los medios necesarios!

Háganlo sólo por sus intereses, por sus beneficios, para que puedan seguir mandando en un trabajo sin grandes esfuerzos y con buenos sueldos, pero dentro de una normalidad y dentro de los límites de la ética y de la moral.

Y les irá mejor a ustedes, egoístamente, pero mejor. Y sobre todo irá mejor al pueblo sencillo y trabajador que encontrará, lo que ustedes no sepan darle, en una acogida de cariño, de respeto y de amor como sólo la Iglesia Católica y Cáritas puede dar.