Agustín Santana, 22.03.2025
A principios del año pasado conocí en youtube a María Corina Machado. Venezuela, como Uruguay o Cuba, siempre han sido países que me ha gustado seguir por la importancia que allí tuvieron nuestros antepasados canarios y por los lazos que mantenemos.
La experiencia que viví desde entonces fue bastante dura. El hostigamiento brutal que hizo el régimen en los meses anteriores a las elecciones de julio, con aquellas persecuciones a sus comitivas en coche, la rotura en la noche de los frenos de sus coches, los pasos cerrados para impedirle que llegara las ciudades donde tenía que dar un mitin, o la valentía de María Corina para recorrer un río en lanchas para evitar a la policía me impactaron tanto que he seguido haciendo un seguimiento de los acontecimientos políticos de su país, la octava (novena) isla canaria.
Sigo a comunicadores fantásticos como Casto Ocando o David Placer, y estoy más o menos al día de lo que sufren los venezolanos simplemente para poder comer.
La pensión para los jubilados está en tres dólares, y los sueldos pueden estar entre los doscientos y trescientos dólares. Según el Observatorio Venezolano de Finanzas el 86% de los hogares venezolanos está en situación de pobreza.
La inmensa mayoría pasa hambre y el 14% vive en la opulencia., El gobierno, sus familias y sus seguidores más cercanos y necesarios acaparan toda la riqueza del país, quedándose con todo el dinero que se produce y las sobras va a pagar esas pensiones y esos sueldos miserables.
En estos días se han producido varias peleas entre los herederos del régimen, los jóvenes bolichicos que le llaman, por ganarse la situación de poder que empieza a ser cada vez más complicado.
Las familias del poder colocan a sus hijos en las empresas públicas y en muy poco tiempo se encuentran con cuentas bancarias, dentro y fuera de Venezuela, que sobrepasan los mil millones de dólares. Los roban descaradamente, como han hecho y siguen haciendo sus padres, con fortunas que pueden pasar varios miles de millones, muchos varios miles, veinte mil millones de dólares es una fortuna media para todos estos desalmados.
En medio de esta gigantesca corrupción está María Corina Machado luchando por devolver la democracia a su país.
Y los grandes países democráticos del mundo mirando a ver como sacar tajada del asunto. No les importa que la tajada salga del terrorista, asesino y ladrón empedernido de Nicolás Maduro y los suyos, o personajes como José Luís Rodríguez Zapatero que les ayuda y se enriquece a costa del hambre del 86% de los venezolanos.
Y desde España Pedro Sánchez, que también está con los asesinos, torturadores y ladrones de miles de millones de euros, muchos de ellos que pasan por España para ser blanqueados.
El ser humano está llegando a límites deplorables que igual exigirá de una revuelta de los pueblos pobres. Los pueblos ricos no les ayudan, los que se pueden enriquecer tampoco, quizás el hambre y la muerte les impulse a salir corriendo a esconderse. Todos ellos. Quizás sea la única fórmula.
O morir de hambre y que los herederos se peleen por ver quién alcanza antes los mil millones de dólares.
