A todos los abuelos del mundo. ............. To all grandparents worldwide.
Agustín Santana, 30.11.2022
El pasado viernes día 26 dejamos nuestro rincón en el paraíso del Campo Internacional de Maspalomas y nos dirigimos a nuestra casa de Las Palmas de Gran Canaria a pasar unos días.
Estábamos haciendo unas obras en casa, y convenía ir preparándola porque este año pasaremos la Noche de Navidad ahí. Por otro lado nuestros nietos nos necesitaban durante unos días de la semana porque sus padres estarían ocupados hasta el jueves siguiente.
El martes 29 me levanté a las seis de la mañana y comencé recogiendo toda la loza de la noche anterior que estaba lavada y limpia en el fregadero. El primer café me acompañó preparando el desayuno de Hugo, Martina y Alvaro, mis nietos, que dormían esperando ser despertados para ir al colegio. Tres tazas de leche entraron en el microondas, en un plato esperaba un pan en rebanada y una sartén estaba en con un poco de mantequilla sobre la vitrocerámica.
A las seis y viente entré en la ducha mientras los nietos iban desperazándose y vistiéndose. A las seis y treinta calentaba la lecha, tostaba el pan en la sartén y mi mujer, Montse, organizaba todo la logística de uniformes, maletas, sandwichs y frutas para el colegio……
Después del segundo café, a las siete y diez saliamos en mi coche para el Colegio de las Dominicas, por la zona de Triana, destino primero para Martina y Alvaro. El colegio abre a las ocho, así que se quedaban en la guardería Pisquito. Después de este desembarco continué con Hugo hasta el Instituto Guanarteme, en la Minilla, que abre a las siete cincuenta.
Empezaba el día dejando a los tres en sus respectivos colegios. Pensé en el desayuno y paré en el Restaurante Mundo Ibérico a por tres bocadillos de un excelente jamón con aceite y con tomate.
Asi que a las nueve estaba de nuevo en casa para desayunar con Montse y con mi hijo Pablo. Una compra en Hiperdino de las Canteras y, mientras la llevan a casa, a comprar un par de cosas en Rocasa.
Seguí hacia Triana para comprar unos regalos de Navidad que sólo en una tienda de los alrededores encontraba. Tuve la suerte de que me alcanzaban al coche el paquete, así que fui a recogerlo del parking, y algo después de las doce de mediodia me acerqué al Hospital Doctor Negrín para hacer una consulta.
A las catorce horas recoger a Hugo en el Instituto para volver a casa. Comer algo suave y ir a buscar a Martina y Alvaro en el colegio para ir a un parque cercano. Un café en el Hotel Madrid con el periodico La Provincia mientras mis nietos jugaban con sus compañeros, y para casa de nuevo.
Desembarcan Martina y Alvaro y embarca Hugo que tiene clases particulares en la zona de El Corte Inglés de seis de la tarde hasta las siete.
Aprovecho para intentar comprar dos camisas de manga corta, pero Hugo Boss no tiene camisas de manga corta. Tampoco en otras marcas y solo tenían algo en camisería, pero muy poca variedad. Me dicen que las camisas de manga corta se venden sólo en verano y me quedo sin poder comprar las camisas. Pero, estamos en Canarias no en Madrid. Claro que en Madrid no es lógico tener camisas de manga corte fuera del verano, pero ¿en Canarias?
Si no puedo comprar las camisas le regalaré a Montse unos bombones, asi que en el Gourmet de la planta baja me hago con unos Neuhaus y unos Marrón Glacé.
Para hacer tiempo un café en el Starbucks y recibo una muy buena noticia. Mi amigo Andrés Merlino me dice en un whatsapp que le acaban de comunicar que el Club Liberal 1812 le ha otorgado el premio LIBERTAD 2022, y que se lo entregan el 4 de diciembre en el Club Náutico de Santa Cruz de Tenerife.
Me estoy quedando sin bateria en el móvil, me avisa que está con una carga del 10%, y la lucecita en rojo me amenaza con no poder comunicar con Hugo.
Ya son casi las siete de la tarde y Hugo sale a las y cuarto, así que ante el temor de no poder comunicar con él dejo el Starbucks y me voy al edificio donde recibe las clases particulares, justo al lado de El Corte Inglés.
Nos habíamos despedido en una escalera exterior que es la entrada y salida del edificio, así que pensé que ahí encontraria a Hugo cuando terminase su clase. En la Avenida Mesa y López hay bancos para sentarse, pero ninguno enfrente de la escalera, asi que podria perderle de vista.
Decido sentarme en ese último escalón que da a la calle, con mi bolsa del gourmet al lado, porque mis rodillas no aguantan de pie. Veo entrar y salir gente del edificio y me digo que estarán pensando algo así como «qué hace este viejo en mi escalera».
En cuestión de minutos baja la escalera un señor, que resulta ser el portero del edificio, y me dice muy amablemente que no puedo estar sentado ahí, que a veces se sientan jóvenes que no se apartan ni para dejar paso a los que entran o salen. Me dice que le acompañe, que subimos por un ascensor y me indicará donde hay arriba unos bancos, dentro del edificio, donde podria estar sentado cómodamente. Le pido disculpas, le doy las gracias y le digo que no puedo ir por el ascensor porque puedo perder a mi nieto si sale en ese momento.
En cuestión de segundos mi pensamiento se va a los Bungalow Campo de Golf, donde los pájaros me despiertan por la mañana, donde todo es armonía, y me pregunto cómo es posible que haya estado sentado en la escalera de un edificio que da a la calle.
Nos disponemos los dos a subir por las escaleras cuando aparece bajando Hugo. Son las siete y cuarto de la tarde y el cansancio ya me dice que basta, que coja el coche y tire rápido para casa.
Abuelo, vamos a comprar el álbum del Mundial, que es cerca de aquí……..
Gracias que mi nieto es un encanto de niño, como los otros cinco, y ve en la cara del abuelo que ya no puede más…
Y a las ocho de la noche caigo en el sofá de casa, con una sonrisa de objetivo cumplido, los pelos desordenados y las piernas en alto…….Derrumbado, pero feliz.
ENGLISH
Last Friday 26th we left our corner in the paradise of Campo Internacional de Maspalomas and went to our house in Las Palmas de Gran Canaria to spend a few days.
We were doing some work on the house, and it was a good idea to get it ready because this year we will spend Christmas Eve there. On the other hand our grandchildren needed us for a few days of the week because their parents would be busy until the following Thursday.
On Tuesday 29th I got up at six o’clock in the morning and started by picking up all the dishes from the previous night that were washed and cleaned in the sink. The first coffee accompanied me preparing breakfast for Hugo, Martina and Alvaro, my grandchildren, who were asleep waiting to be woken up for school. Three cups of milk went into the microwave, sliced bread was waiting on a plate and a frying pan was on the hob with a little butter.
At twenty past six I went into the shower while the grandchildren were waking up and getting dressed. At 6.30 I heated the milk, toasted the bread in the frying pan and my wife, Montse, organised the logistics of uniforms, suitcases, sandwiches and fruit for the school…….
After the second coffee, at ten past seven we left in my car for the Colegio de las Dominicas, in the Triana area, the first destination for Martina and Alvaro. The school opens at eight o’clock, so they stayed at the Pisquito nursery. After this disembarkation I continued with Hugo to the Instituto Guanarteme, in La Minilla, which opens at seven fifty.
I started the day leaving the three of them at their respective schools. I thought about breakfast and stopped at the Restaurante Mundo Ibérico for three sandwiches of excellent ham with oil and tomato.
So at nine o’clock I was back home for breakfast with Montse and my son Pablo. I did some shopping in Hiperdino de las Canteras and, while they were taking her home, I went to buy a couple of things in Rocasa.
I went on to Triana to buy some Christmas presents that I could only find in one shop in the surrounding area. I was lucky enough to have the parcel delivered to my car, so I went to pick it up from the car park, and a little after midday I went to the Hospital Doctor Negrín for a consultation.
At fourteen o’clock pick Hugo up from school to go home. I had a light lunch and went to pick up Martina and Alvaro from school to go to a nearby park. A coffee at the Hotel Madrid with the newspaper La Provincia while my grandchildren played with their classmates, and home again.
Martina and Alvaro disembark and Hugo comes on board as he has private classes in the El Corte Inglés area from six in the evening until seven.
I take the opportunity to try to buy two short-sleeved shirts, but Hugo Boss doesn’t have any short-sleeved shirts. Neither did other brands and they only had some in the shirt shop, but very little variety. They tell me that short sleeve shirts are only sold in summer and I am left without being able to buy the shirts. But, we are in the Canary Islands, not in Madrid. Of course, in Madrid it is not logical to have short-sleeved shirts outside the summer, but in the Canary Islands?
If I can’t buy the shirts I’ll give Montse some chocolates, so in the Gourmet on the ground floor I get some Neuhaus and some Marrón Glacé.
To make time I have a coffee at Starbucks and get some good news. My friend Andrés Merlino tells me in a whatsapp that he has just been informed that the Club Liberal 1812 has awarded him the LIBERTAD 2022 prize, and that he will receive it on the 4th of December in the Club Náutico de Santa Cruz de Tenerife.
I am running out of battery on my mobile phone, it tells me that it is only 10% charged, and the little red light threatens me that I won’t be able to communicate with Hugo.
It’s almost seven o’clock in the evening and Hugo leaves at a quarter past, so I leave the Starbucks and go to the building where he receives private classes, right next to El Corte Inglés.
We had said goodbye in an outside staircase which is the entrance and exit of the building, so I thought I would find Hugo there when he finished his class. On Avenida Mesa y Lopez there are benches to sit on, but none in front of the staircase, so I could lose sight of him.
I decide to sit on that last step facing the street, with my gourmet bag next to me, because my knees can’t stand upright. I see people coming in and out of the building and I think to myself that they must be thinking something like «what is this old man doing on my staircase».
In a matter of minutes a man comes down the stairs, who happens to be the doorman of the building, and very kindly tells me that I can’t sit there, that sometimes young people sit there who don’t even move aside to make way for those entering or leaving. He tells me to come with him, that we go up in a lift and he will show me where there are benches upstairs, inside the building, where I can sit comfortably. I apologise, thank him and tell him that I can’t take the lift because I might lose my grandson if he comes out at that moment.
In a matter of seconds my thoughts go to the Bungalow Golf Course, where the birds wake me up in the morning, where everything is in harmony, and I wonder how it is possible that I have been sitting on the stairs of a building that overlooks the street.
The two of us are about to go up the stairs when Hugo appears coming down. It’s a quarter past seven in the evening and my tiredness is telling me to stop, to take the car and drive home quickly.
Grandfather, let’s go and buy the World Cup album, it’s near here……..
Thank you, my grandson is a sweet child, like the other five, and he sees in grandpa’s face that he can’t take it anymore…
And at eight o’clock in the evening I fall on the sofa at home, with a smile of a goal accomplished, my hair in disarray and my legs in the air…….Collapsed, but happy.
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Qué hermosa historia de un abuelo orgulloso que, como todos nosotros, tiene mucho que ofrecer a su descendencia… 😍 😍 😍