TENER AMIGOS A LOS CIEN AÑOS

Agustín Santana, 27.01.2024

Cuando naces dependes absolutamente de tus padres. Nos has aprendido nada todavía, si acaso a llorar, a mirar y a reír. Te haces joven y has aprendido un poquito, pero te crees capaz de comerte el mundo. Y vas creciendo y vas madurando y vas consiguiendo cosas por tí mismo.

Y de repente te encuentras con un hijo que depende absolutamente de tí, no sabe nada, le tienes que enseñar lo que tú has aprendido. Y le vas enseñando mientras sigues aprendiendo.

Pero tienes los tiempos tan ocupados que empiezas a correr, a ir deprisa para que todo funcione, y te equivocas, y haces muchas cosas mal y otras bien. Generalmente haces muchas más cosas bien que mal, por lo que sigues madurando pensando en mejorar.

Y han  pasado unos años sin que te des cuenta y te llega un nieto. Y a veces otro y otro más. Y ya empiezas a pensar en todo lo que has hecho, lo que has conseguido, lo que has dejado atrás, lo que quieres conseguir, lo que tienes que dar.

Y la vida sigue para todos y la tuya cambia, cambia mucho. Ya dependes solo de tí y a nadie tienes que enseñar, la familia que has creado con muchos años y con muchas prisas ya va por otro lado, por el lado de seguir creciendo, de seguir enseñando y de seguir aprendiendo.

Pero tú ya no piensas en enseñar ni en crecer, solo quieres seguir aprendiendo, algo que nunca deberás perder. Y de repente…………..

Dos o tres generaciones juntas están en la puerta. Algunos están enseñando, creciendo y aprendiendo y otros ya, como tú, aprendiendo.

Çuando llega el momento de la mesa todo se centra. 

Pero la experiencia de los años, lo aprendido, te acompaña antes y después, y algo fundamental llevas siempre: la alegría de un encuentro,

Y la espera vale la pena

Y empieza a salir lo esperado de la mesa, para compartir…..en un video para el recuerdo.

Y después las emociones. La edad no importa cuando se trata de un encuentro. Y sobre todo si tienes al lado al compañero de siempre, al amigo, al amor.

Y Anna con su belleza natural, con su simpatía de siempre, con su elegancia, nos habla de un mensaje de amistad, que traducido por el sin par Rudi, nos llega como un susurro de amistad en el tiempo.

«Pensé que había dejado de hacer amigos hace muchos años», dice Una. Pero la amistad vedadera, sin intereses, no tiene edad. Hasta los cien años y más……….

1 comentario en «TENER AMIGOS A LOS CIEN AÑOS»

Deja un comentario