RAZONES PARA HACER UNA REVOLUCION POLITICA EN ESPAÑA. Ya.

Sin violencia. Con las manos en alto homenajeando a Miguel Angel Blanco. En favor de una nueva clase política y en favor de los más débiles de nuestra sociedad. En favor de nuestro futuro.

Agustín Santana, 29.11.2023

(Este escrito no es un estudio histórico, ni tiene nada de científico, es solo una reflexión de un ciudadano que se averguenza de la clase política actual española, inculta, grosera, sin experiencia alguna de gestión, que lleva a nuestro país  a un desastre político, social y económico. Cree firmemente que España necesita, ya, una nueva clase política. Que un año más con los indocumentados que nos gobiernan, y con los que no nos gobiernan, y entraremos en un caos sin soluciones. Y que cree también que gobiernan para los más ricos y en detrimento de los más débiles. De ahí esta reflexión.) 

España vive un momento de grandes tensiones y de una enorme división. Después de Adolfo Suárez la clase política española comenzó a olvidar los valores que impulsaron la salida de la dictadura para abrazar una democracia basada en la política de partidos.

La guerra civil española terminó en 1939, pero siguieron años muy duros, de represalias y de persecución por las ideas políticas. Yo nací en 1951 y por tanto no viví los peores años, y mis recuerdos de la infancia son los de mi padre y mis hermanos mayores trabajando a todas horas para que los hermanos más jóvenes pudiéramos estudiar. Y pudimos, lo hicimos, nos dedicamos a formarnos.

La dictadura continuó vigilando las libertades y usando la fuerza para oponerse a nuevos aires, a otras formas, a cambios hacia una democracia que les apease del poder. La economía empezaba a mejorar en los años sesenta y partiendo de una evidente pobreza se afianzaban los crecimientos, se abría la economía al exterior y se empezaba a modernizar el país.

La clase media española empezaba a ganar la batalla a la pobreza, pero seguíamos en un estado dictatorial y con falta de libertades.

Con la muerte del dictador Franco llegó la gran oportunidad de abrirse a la democracia. Y no se desaprovechó. Los líderes políticos de entonces vieron claramente que, o se ponían de acuerdo, o corrían el riesgo de perder la oportunidad. Y se pusieron de acuerdo. Se olvidaron de las pretensiones particulares y se unieron para conseguir las libertades y un futuro mejor para todos.

Y comenzó la democracia con un Adolfo Suárez que consiguió liquidar a las Cortes franquistas, legalizó al Partido Comunista y posteriormente, entre todos, consiguieron abrir España al mundo de las libertades.

En 1978 se regulan las normas del ordenamiento jurídico español a la que están sujetas todos los poderes públicos y todos los ciudadanos de España. Y empiezan los gobiernos de la democracia a impulsar los avances y a negociar, tras cada elección, sus acuerdos entre partidos políticos para lograr la gobernabilidad.

La normalidad parece que se ha convertido en visión del futuro, se producen alternancias en el poder, y España avanza en democracia y en libertad. Pero cada nueva elección que se produce el partido político que gana hace alianzas con otros más pequeños para asegurar el gobierno y los cuatro años de legislatura. Y cada elección que pasa, el partido político que gana, para no hacer acuerdos con su rival político, los hace con otros partidos muy lejanos en sus ideologías y generalmente partidos nacionalistas con ideas muy distintas para el futuro común.

Paralelamente a estos acontecimientos, en los partidos políticos, se afianzan los grupos de poder internos que dominan las formas y las normas democráticas, y sus líderes se adueñan de las grandes decisiones. Las listas para ser elegidos en puestos de privilegio se prostituyen en favor del líder o de los líderes más representativos. Y las listas para los siguientes también se eligen en base a la lealtad y fidelidad a los jefes.

La clase política se va conformando en base a los personalismos, se pierden las ideologías del partido, y se da paso a las preferencias, gustos y intereses de los grupos de poder que dominan todas las estructuras.

El partido político se va convirtiendo en un distribuidor de empleo, y acuden a su llamada los más espabilados del mercado, por supuesto que gente muy interesante también, pero el crecimiento de lo público es tan enorme que hay muchos puestos a repartir y mucha gente decidida a no tener muchos problemas con las normas que les impongan los jefes, aunque les paralice las iniciativas, y hasta sus pensamientos éticos y morales.

El poder y el dinero se dan de la mano, se convierte en una relación intensa e inseparable, domina todo el partido y empieza a expresarse en los Gobiernos y en los Parlamentos. Cada año mandan más los jefes y sus seguidores acérrimos y la democracia va perdiendo calidad. Se hace norma. Se acepta. Y se impone.

Empieza a valer todo para conseguir el poder. Se subastan los votos conseguidos para llegar a la mayoría necesaria. Se normaliza. Año tras año, partido a partido.

Los partidos dominantes en el escenario político español desde 1978, después del Centro de Adolfo Suárez, son el socialista y el conservador. El espacio de centro se lo disputan los dos durante años, hasta que llega el convencimiento de que los otros partidos, más pequeños, que tienen su cuota de poder en Cataluña y en el País Vasco, empiezan también a tener fuerza en el panorama de todo el estado, pero ya con mucha más fuerza, con más poder.

Y llegan las Elecciones de Julio de 2023.

La Deuda Pública a junio de 2023 es de 1 billón 420.000 millones de euros.

Y los partidos políticos tienen que pactar para ganar el gobierno.

Y el Partido Socialista, con Pedro Sánchez de director, realiza acuerdos con los otros partidos. Todos menos con los dos partidos de Derecha nacionales.

En la Investidura Pedro Sánchez y todos los partidos que le apoyan hacen una pinza al PP y a Vox y afirman que no gobernarán nunca más. Pedro Sánchez dice que construirá un muro, a un lado su partido y todos los que le apoyan, y al otro el PP y Vox. Les advierten que no gobernarán nunca más. Se anula la alternancia en el poder, de ahora en adelante un solo partido o un solo grupo de partidos. Empieza a desaparecer la democracia.

Pero lo más relevante para esta reflexión es el acuerdo con los partidos catalanes para condonar a Cataluña de su deuda 15.000 millones de euros.

Y por otro lado la constitución del Gobierno de España: 22 Ministerios.

La Deuda pública a septiembre de 2023 llega a 1 billón 578.000 millones de euros.

En la empresa privada el director de todo esto no duraría en el cargo ni cinco minutos. Pero es lo público, está avalado por todos los ciudadanos, son ellos los que pagarán, y ya lo están advirtiendo.

Y encima todo este dispendio no sirve para mejorar la vida de los ciudadanos. Cada vez hay más pobres, hay más necesitados, hay más familias que no llegan a final de mes, los ingresos no dan para completar una cesta de la compra mínima, las quejas en las filas de los supermercados cuando se acaba de pagar es para llorar.

Pero hay que perdonar deuda a los ricos, para que la paguen los más pobres; hay que gastar y gastar y gastar en gasto político, hasta que lleguemos a los dos billones y nos paren la economía, y nos digan que tenemos que pagar más impuestos, que la cesta de la compra ya no la podremos hacer, pero que tenemos a Cáritas, y alguna subvención de alguno de los 22 ministerios.

CONCLUSION:

El Presidente del Gobierno de España, conociendo que tenemos una deuda pública de tales dimensiones, en lugar de aplicar medidas de ahorro y austeridad, decide aumentar esa deuda hasta límites impagables nombrando 22 Ministerios y condonando miles de millones a Cataluña. Sigue gastando lo que no tiene y comprometiendo el futuro de todos los españoles. Anuncian que si tiene que acudir a activos privados lo harán.

Están consolidando una dictadura apoyándose en los acuerdos firmados por el Partido Socialista; anulan la Separación de Poderes, ataca a los Jueces, impone una Amnistía, hace acuerdos fuera de España con un fugado de la justicia.

Se están nombrando jueces afines al gobierno en todos los puestos posibles y esto está siendo denunciado por todas las instituciones judiciales. Se está copando y dominando el poder judicia.

El Presidente del Gobierno de España acepta que hayan mediadores  entre España y un partido minoritario independentista de Cataluña. Un Presidente que admite esto de una gran nación como es España tiene que dimitir. O echarlo.

La prensa internacional, en Europa y en Estados Unidos, habla de España como una dictadura bolivariana con un presidente al estilo de Chávez o Maduro.

¿Qué locura es ésta?

La sociedad no quiere más subvenciones, ni cariños del papá estado, ni favores, los jóvenes lo que quieren es un trabajo digno, que se consigue con planes estratégicos, con decisiones para el mercado laboral, con ayudas a las pymes, con apoyo al sector primario, con formación y educación, con…..¿para qué quiere la sociedad un ministerio de infancia y de juventud? ¿para qué seguir con el fracaso del ministerio de igualdad? ¿para qué 22 ministerios?

Porque tiene que repartir favores a los votos prestados. PUES NO, NO ES ASI. La Sociedad no necesita ministerios para todos los partidos políticos, NECESITA GESTION PROFESIONAL DE NUESTROS RECURSOS. Y si no saben dimitan. O habrá que pedirles que se vayan.

 

REVOLUCIÓN POLÍTICA:

Es la única forma de parar inmediatamente la deslealtad administrativa que suponen todas estas decisiones. Hay que exigir la dimisión inmediata de Pedro Sánchez como Presidente del Gobierno de España y que convoque nuevas elecciones.

Es imprescindible para ello que la Sociedad Civil española se organice y convoque una manifestación en Madrid para exigir esta dimisión. La manifestación de la Plaza de la Cibeles puede servir de modelo.

Pero para conseguir este objetivo es imprescindible la petición y firma de toda la Sociedad Civil en cada uno de sus estamentos.

Y es el momento de actuar de los socialistas que se han manifestado en contra de la amnistía y de los acuerdos de Pedro Sánchez. Un manifiesto de socialistas pidiendo la dimisión formal del Presidente del Partido Socialista y nuevas elecciones en el partido. Con Felipe González y Alfonso Guerra a la cabeza, siguiendo por todos los históricos y no históricos que se han pronunciado en contra de la amnistía y en contra de los otros acuerdos.

Que dimita Pedro Sánchez y convoque nuevas elecciones.

Que los partidos políticos, todos, entiendan que la Sociedad Civil Española quiere otra clase política. Que haya un nuevo presidente y un nuevo gobierno en las elecciones que se convoquen para que aplique las medidas correctoras necesarias para hacer un cambio, una revolución política en España, una nueva forma de gobernar basada en la democracia real. No para que tenga una legislatura de cuatro años para aplicar únicamente sus ideas. Para que reestructure la gobernanza en orden a servir a los ciudadanos, no a los partidos políticos y a sus intereses.

Pedía el profesor Gay de Liébana (q.e.d) hace veinte años que el Gobierno bajara el Gasto Público innecesario en 20.000 millones de euros. La cifra hoy no la puedo ni nombrar. Pero hay que hacer un estudio económico del gasto público y hacer un plan para su reducción a límites soportables.

Que quede claro que los políticos no pueden usar los bienes de todos los españoles para sus acuerdos de partido.

Su mandato es para mejorar la vida de los ciudadanos mediante la administración y gestión honesta de los recursos públicos.  

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