La Boheme de Giacomo Puccini es un regalo maravilloso para todo aquel que le guste la música, y es seguramente uno de los espectáculos que debemos ver todos al menos una vez en la vida. El argumento es sencillamente fascinante; el París de 1800, el Barrio Latino, unos jóvenes bohemios que viven en una buhardilla y que se las ven y se las desean para poder pagar el alquiler, o poder echar algo a la chimenea para calentarse, o poner algo en la mesa para comer.
Los personajes son una modista, un poeta, un pintor, una cantante, un filósofo, un músico, artistas que comparten sus deseos, sus ilusiones, la vida toda. La amistad está por encima de todo, la alegría se contagia y la solidaridad es un bien común, aun cuando el drama también les acompaña.
Disfrutando este sábado de una de mis operas favoritas me acordé de un delicioso libro de Arundhati Roy, El dios de las pequeñas cosas, libro que aconsejo al que no lo conozca. En este mundo que nos está tocando vivir, donde los dioses son el poder y el dinero, se agradece vivir acontecimientos como éste.
En la Boheme Puccini le pone música a la vida real, a las cosas que más importan en el corazón; el regalo de una cofia rosa, una copa de vino, el empeño de unos libros por un poco de dinero, compartir con los amigos una comida que ha costado muchísimo conseguir, la seducción y la coquetería, la poesía y la pintura, un manguito de piel para el frio, un poeta cantando a su amor “yo soy el poeta y ella es la poesía”,……………
Y la música. La música de Puccini es sensualidad y pasión, es belleza en sí misma.
El equipo de Amigos Canarios de la Opera, con la pandemia que estamos padeciendo, ha hecho un trabajo magnífico en las representaciones de Traviata en octubre y Boheme en noviembre, respetando escrupulosamente la seguridad, con orden en las entradas y salidas al recinto, con la distancia adecuada en todo momento. Las dos representaciones se han adaptado en escena a plena satisfacción.
Ulises Jaén ha demostrado a lo largo de los últimos años una habilidad excelente en conseguir contratar a jóvenes cantantes que, después de pasar por el Teatro Pérez Galdós, han continuado con carreras de éxitos, y aunar elencos donde la calidad de todos los cantantes ha dado como resultado representaciones muy buenas.
Me ha gustado mucho el Rodolfo de Bryan Hymel y la Mimi de Lianna Haroutounian, y magníficos todo el resto. Una Boheme muy buena en todos los sentidos que se ha disfrutado especialmente después de tanto esperar.
Felicidades a Amigos Canarios de la Opera.
Dedicaré un artículo próximo al Coro de Amigos Canarios de la Opera. Tenemos la gran suerte de tener un Coro no profesional que está siempre a la altura de los mejores.
Dos magníficas Arias de La Boheme con Alfredo Kraus y Maria Callas.