Agustín Santana, 31.03.2025
Hay muchos españoles que todavía apoyan a Pedro Sánchez, muchos de ellos por su obediencia a sus ideologías y otros por desconocimiento de las trampas que sigue haciendo para ocupar los tres poderes.
En los dos últimos años se ha confirmado lo que muchos pensábamos: Sánchez es capaz de hacer cualquier cosa, aunque vaya en contra de los intereses de España, en contra de los españoles, y lo más sangrante, en contra de los más desfavorecidos.
Cualquier cosa por mantenerse en un poder que ni si quiera ganó en las urnas, y que actualmente está en una posición de debilidad extrema que le impide gobernar para todos los españoles.
Su última hazaña intervenir en una de las empresas más importantes de España, Telefónica, para despedir a su número uno y poner a un amiguete.
La democracia en España está muy tocada, muy debilitada, y Sánchez trabaja cada día para debilitarla más y que nadie le pueda sacar del poder.
Son los pasos de Maduro. Los mismos.