El Veneno de la política
Este mundo de la política actual es un mundo de basura que, a mis años, y aún con ganas de seguir viviendo feliz, no me importa absolutamente nada.
Todos, todos, todos, los políticos se mueven muy cómodos dentro de una falsa democracia hecha al dedo y ninguno de estos parias malolientes va a lograr que mi día a día, con mi familia, mis amigos, mis comidas, mis libros, mi música y mi tierra isleña, que es mi única patria, se vean afectados lo más mínimo.
Me da igual que gobierne Sánchez, Feijoo, Aznar, Rajoy, González, Clavijo, Torres, etc. etc. etc. Me gusta lo utópico, lo imposible, lo inalcanzable, lo imposible. Soy un modesto romántico que sólo intenta sonreír.
Soy el hombre más feliz del mundo gracias a vivir lo positivo.
El veneno de la política, de la ambición, del cotilleo, del odio y del mal humor ya pasó de largo y, a pesar de los terribles manotazos traicioneros y crueles que te da la vida de vez en cuando, mi primer gesto mañanero es una gran sonrisa dedicada a ese anhelado destino al que ya he llegado, afortunadamente, que es vivir la vida junto a la gente que quiero, destino en el que pretendo permanecer mucho tiempo.
Es la ventaja de ser ácrata (primario) y estar convencido de la bondad natural del ser humano. Para mí sobran los políticos actuales, malvados, sinvergüenzas, hediondos parásitos y reptiles con corbata. No me interesa ninguno de ellos, ni sus mentirosos programas ni sus sucios acuerdos, que sólo persiguen llenar sus bolsillos robándole al ciudadano su futuro y sus aspiraciones, sin que este infeliz «juguete» ni siquiera se de cuenta.
Conmigo que no cuenten estos canallas callejeros, hijos de la mala sangre y de la porquería.