LUKY JAEN DORESTE, en el corazón. Néstor Doreste Padilla.

Luky y Néstor, una amistad entrañable.

Agustín Santana 05.10.2024

Si algo nos enriquece la vida es la amistad. La verdadera amistad se refleja en los ojos, en el semblante, como en esta foto de Luky y Néstor. Ojos vivos, alegres, que proyectan luz. Semblante sonriente, de acogida, de cariño, de amor. La amistad correspondida es parte de la felicidad, objetivo primero del ser humano.

Conocí a Luky en una comida entrañable con Luky, Néstor, Pepe Correa, Juan de la Cruz. Alegrada con Muga,  un vino  para tomar con amigos por su caracter alegre y de madera, aquella comida se convirtió en dos horas de verdadero gozo, una palabra que se usa poco pero que dice mucho. 

Me encantó conocer a Luky, me recordaba a mi querido amigo Arístides Jaén. 

Gracias Néstor por estas palabras tan bonitas para Luky y para todos nuestros corazones.

Nestór Doreste, 05.10.2024

Luky:

Ahora mismo estoy en una fase como de desorientación. Es como si dudara que Luky ya no está. 7

Estoy desconcertado y no logro estabilizar mi mente, que intenta negar contínuamente lo ocurrido hoy.

Un inevitable destino oculto ha desahuciado mi alma. No logro ver como puede ser mi futuro sabiendo que mi principal apoyo cedió ante el injusto empuje de la maldita enfermedad.

Las palabras amor, bondad, solidaridad, empatía, compromiso, cariño, honradez y simpatía se han quedado sin dueño. El destino ha querido que, a partir de ahora, camine sólo.

Se apagó una luz que me era imprescindible. Intento tocarlo con mis manos y no lo siento. Ya ni siquiera tengo su voz al otro lado del teléfono ¿a quién recurrir cuando sientes una enorme pena que te destroza por dentro? ¿encontraré refugio para ahogar el dolor que me invade?

A pesar de todos los golpes que la vida te da, la ausencia física de un ser tan, tan, querido como Luky, no puede impedir que la sensación de soledad llene tus venas.

Creo que, para mí, la vida ya no será igual. Saldré a la calle, reiré, caminaré, me divertiré, pero tendré que aprender a hacerlo sin la ayuda y seguridad que me aportaba su presencia.

Su bondad, su alegría, su sentido común, su presencia y su compañía ya no podré tocarlos con mis manos.

Sólo me queda agradecer al bendito destino haberme brindado la hermosa oportunidad de haber crecido con él, de haberlo conocido a fondo, de llenar de amor mi corazón.

Luky me demostró lo maravillosa que es la vida cuando el don de la caridad prevalece en ti. Se fue el maestro de las personas de bien.

Honor para él por su grandísima nobleza. Cierro los ojos para que, cuando los abra, pueda ver un nuevo horizonte brillando con la luz que su paso por la vida me dejó.

Soy incapaz de decirle adiós porque no siento que se haya ido. Sé que aún sigue aquí conmigo, junto a mí, el hombre más bondadoso que he conocido jamás.

Nos veremos pronto, mi muy querido hermano del alma.

 

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