JUAN ALBERTO TRUJILLO CASTELLANO. Una luz y el Roque Nublo.

Y allí siempre estaba Alberto, con su amor por La Luz, por la Virgen de la Luz, con su amor por el Arte

Agustín Santana, 08.04.2024

Cuando Alberto Trujillo nació lo primero que vio fue una luz que recorría un mar y paraba en un punto cercano a una playa de rocas donde había una pequeña Ermita. Después de indicar ese punto, la luz siguió recorriendo los bordes del mar hasta otro lugar muy importante de Gran Canaria, la Playa de las Canteras.

Para Alberto niño recién nacido la luz siguió subiendo montañas hasta llegar al Roque Nublo. En su primer sueño vio que todos los días la luz bajaba del Roque Nublo hacia el mar, hacía el recorrido por el litoral de Gran Canaria hasta llegar a aquella pequeña Ermita y volvía de nuevo a seguir dando luz a toda la isla.

La Luz luminosa y potente, la Ermita elegida como indicación de un camino, el descanso de La Luz en el Roque Nublo y su vigilia desde allí a toda Gran Canaria iba a ser la guía espiritual que determinaría la vida de aquel niño.

Desde muy pequeño sabía que lo suyo era la decoración, el arte de la belleza, la plasmación de los deseos de las personas y de las empresas en un tablero comunicativo desde donde se proyectarían sus objetivos personales y profesionales.

Conocí a Alberto Trujillo Angulo, padre, a principios de los setenta. Mi padre tenía la empresa Distribuidora Rabadán – Elías Santana Bermúdez, y le fui a ver a su empresa de El Sebadal donde era el representante de las Pilas Berec entre otras marcas.

Su empresa, como la de mi padre, proyectaban seguridad, confianza, honestidad, profesionalidad. Don Alberto, como Don Elías, proyectaban bonhomía. Salí de aquella primera visita con la sensación de haber conocido a un empresario, a un profesional, a un hombre bueno.

Años después conocí a Alberto hijo, no recuerdo si por los trabajos que me hizo en Olympia, para Montblanc Art The Writing, por la Iglesia y Virgen de la Luz o por las tres cosas juntas. De tal palo tal astilla: Volvía a encontrar a una persona, esta vez joven, que proyectaba bonhomía.

En estos tiempos que nos está tocando vivir, donde el dinero es el valor más importante que tiene la sociedad, tener a una persona como Alberto en Gran Canaria es todo un lujo.

No es solo un gran decorador, un artista en su trabajo, es un personaje clave en la historia reciente de nuestra Virgen de la Luz, en la historia reciente por tanto de La Isleta, y todo un personaje en nuestra isla de Gran Canaria por sus magníficos trabajos. Y además no solo en nuestra isla.

Este último párrafo me recordó que cuando me hacía un trabajo en Santa Cruz de Tenerife yo me iba en el primer vuelo, en el de las siete de la mañana. Y él me decía siempre que iría detrás, algo más tarde, que lo suyo no eran esas horas tan intempestivas.  No solo de Gran Canaria, de toda Canarias. Un magnífico profesional y una gran persona Alberto Trujillo.

Con mi familia y amigos vivimos durante muchos años la fe en la Parroquia de la Luz. Estábamos centrados en vivir la fe desde el servicio a las personas y a las familias, dando cursos o celebrando acontecimientos religiosos o populares, procurando que Cáritas Parroquial tuviese cubierta las necesidades de la gente más desfavorecidas de La Isleta, y al final con el lanzamiento y apoyo de Las Palmas Acoge con el jesuita Fernando Motas para la acogida y la integración de los numerosos inmigrantes de la época de los noventa.

Y allí siempre estaba Alberto, con su amor por La Luz, por la Virgen de la Luz, con su amor por el Arte, arreglando las ventanas de la Iglesia que dan a la plaza por su deterioro, preocupándose por recuperar las imágenes que estaban olvidadas en el almacén de la sacristía, cuidando con mimo, tal y como necesita, una de las imágenes más fantásticas de Luján Pérez que data de 1799.

He leído que ahora está en el proyecto de recuperar parte de la antigua fachada de la Iglesia de la Luz.

No encuentro mejor sitio para darle las gracias a Alberto que desde esta web bachpuccinithebeatles.com, una web dedicada a la música y al arte en general.

Porque Alberto representa arte y música. Bonhomía. Todo un gran personaje de Canarias.

Don Elías (con Carmen Correa) y Don Alberto. Cuando un apretón de manos significaba un contrato escrito y firmado.

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