Sí hubo algo que no debí hacer y que lamenté años después. A finales de los ochenta conocí a Joserromán Mora y el cariño de los dos se afianzó para siempre. Salimos a cenar en varias ocasiones con nuestras esposas, adquirí alguno de sus cuadros, y fui a un cumpleaños suyo donde estaban Guillermo García Alcalde, José Antonio Otero y otros amigos. Joserromán insistió varias veces para que me incorporara a su grupo que se reunía con fecuencia para hablar de arte, de cultura y de la vida. Y no lo hice.
Me dediqué exclusivamente a mi empresa y a cumplir los objetivos. En aquellos momentos no sabía delegar convenientemente, no sabía dejar los trabajos en manos de otros colaboradores, en definitiva, creo que no hice caso de los buenos consejos, desde que le conocozco, de mi amigo Andrés Merlino. Con el paso del tiempo, la experiencia, y los consejos de Andrés, que siempre se quedan, logré entenderme no imprescindible y dejé paso a la responsabilidad compartida de los demás.
Que no quisiera participar en los grupos empresariales, ni en las reuniones o presentaciones que se hacían, no era óbvice para darrollar una inquietud que tenía referente a la aportación social que nuestra empresa Olympia Canarias debía ofrecer a nuestra gente y a nuestra tierra.
Con el apoyo de Pepe Dámaso y de mi gran amigo Josérromán Mora, y la presencia siempre importante de mi también gran amigo Andrés Merlino, organizamos unos premios de Pintura Swan Stabilo para jóvenes estudiantes.
Y en el año 1989 organizamos un homenaje a Domingo Pérez Minik en Tenerife y a Agustín Millares Sall en Gran Canaria.
Q uerido Agustín, compartiendo tu recuerdo a la figura irrepetible de nuestro común amigo Jerónimo Saavedra, quiero dejar testimonio de la importancia de tu generosa convocatoria que siempre mantienes viva para recordarnos nuestro amor por la cultura.
Tu eres el director que lidera una orquesta de amig@s interpretando la más hermosa de las partituras: cariño y creatividád.