Le doy la espalda a los mentirosos, a los manipuladores, a los que nos engañan con falsas promesas y a los que provocan que nos enfrentemos.
VIVIR EN UN MUNDO CRUEL
Le doy la espalda al mundo. No me gusta en lo que lo hemos convertido.
Le doy la espalda a los seres humanos. No hemos aprendido nada de nuestro pasado. Siglos de guerras, odios, injusticias, sangre y muertes.
Le doy la espalda al egoísmo, a la intolerancia, a la falta de respeto. A la avaricia de unos cuantos que «dominan» a otros con el único fin de hacerse los dueños y amos de nuestras vidas, de nuestras conciencias.
Hemos sido atacados por extremistas que por unos instantes lograron unirnos en un sólo ser, en un sólo corazón, y lloramos juntos por las muertes injustas.
Pero no nos enseñó nada.
Ahora nos peleamos entre nosotros, sin pararnos a pensar en lo afortunados que somos, por vivir en un país donde todos podríamos ser felices.
Cada uno con sus ideales, con sus costumbres, con sus tradiciones, sin atacar las creencias de los demás.
Le doy la espalda a los mentirosos, a los manipuladores, a los que nos engañan con falsas promesas y a los que provocan que nos enfrentemos.
Pueden llamarme insolidaria, pero no quiero ser partícipe de una España a la que le ha costado guerras y muertes injustas para conseguir vivir en paz y armonía, y ahora algunos se han empeñado en traer ese pasado y pelearnos como animales salvajes.
Miren más lejos, observen otros países donde el hambre, las guerras, los asedios, las armas en manos de desaprensivos, hace que diariamente vivan sin poder vivir.
Hasta hace poco me sentía afortunada de vivir en un país libre, unidos, felices, a pesar de las corrupciones y manipulaciones de unos «muchos».
Hoy me siento con el corazón roto.
Y prefiero «luchar y ayudar a esos países que se encuentran en la miseria», que discutir y defender o atacar a los que lo tienen todo, y sin embargo, les falta lo más importante: la dignidad.
Hoy les doy la espalda a los seres humanos, los animales más salvajes que destruyen poco a poco un mundo que podra ser maravilloso.
Ojalá mañana, pueda volver a sentirme feliz de formar parte de un país donde todos vivamos en paz.