Admiro a las personas que rien, aunque su corazón está roto. Admiro a las personas que lloran, porque sus fuerzas las ha abandonado. Admiro a las que cantan, disimulando tristezas. A las que están tristes y buscan consuelo. A las que un dia se levantan y sienten que la vida es maravillosa. A las que se acurrucan entre las sábanas y prefieren la soledad. A las que buscan soluciones a sus problemas, sin lamentarse de ellos. A las que desearían que no amaneciera, para no enfrentarse a los retos. A las que no tienen miedo de las criticas. A las que se refugian para no enfrentarse al mundo. A las que se preocupan de los demás y dejan que se preocupen de ellas. Admiro a los que son seres humanos, con sus defectos y virtudes. Transparentes como el agua cristalina. A los que viven la vida en una noria. A veces en lo más alto. A veces en el pozo más profundo. Las admiro porque no ocultan sentimientos. Te admiro a ti, que estás leyendo sin juzgarme. Porque yo soy un poco de todo, como tú.