Hoy dimitirá Luis Rubiales. El beso a la fuerza a una mujer, y sus incontrolables y zafios gestos de alegría, denigrando a la representación de España, ha sido una bomba en su sillón.
Agustín Santana, 24.08.2023
La dimisión de Luis Rubiales ha sido forzada por el expediente que le abrió ayer la FIFA. Fue la verguenza de que un organismo europeo nos dijera «esto no lo vamos a permitir» para que la política española se decidiera.
A pesar de la gravedad de los hechos, probablemente único en el mundo del deporte, la sociedad civil española se mantuvo tibia y sin una reacción contundente. Cuando empezaron a ver que fuera de nuestro país empezaban a moverse para sancionar a este impresentable algunos, solo algunos, se decidieron.
Comenzó el Getafe, pero solo el Getafe al principio; el entrenador del Real Madrid, algún jugador profesional, y dos o tres de federaciones distintas de la central del fútbol. Afortunadamente la futbolista perdió el miedo y sus respresentantes presentaron denuncia, y sobre todo llegó la FIFA para derrumbar todos los escudos que tenía el personaje.
Sigo echando de menos una reacción contundente de la Sociedad Civil Española, en este caso, y en el apoderamiento del país de las fuerzas políticas que nos usan a todos los españoles como empleados de su empresa particular: España Política S.A.
La FIFA debería actuar también en el caso del Presidente de la Unión Deportiva Las Palmas. El organismo internacional no puede quedarse callado cuando el presidente de un club de su federación amenaza a un periodista con escacharle la cabeza.
«Te voy a escachar la cabeza, eres un hijo de puta, tu madre es una puta, como te vea por Barranco Seco te escacho la cabeza, porque me sale de los huevos, porque a las mariconas como tu les digo lo que te estoy diciendo, vete a tomar por culo ya no voy a hablar más contigo»…
Todo el Estadio del Fútbol Club Barcelona pedía ayer la dimisión de Rubiales. A ver si los grancanarios también lo hacen esta tarde en el Estadio de Gran Canaria. Nos dignificaría ante el mundo.