DONALD TRUMP, un Mago Falso en la Casa Blanca.

Agustin Santana, 14.02.2025

El personaje debería estar enjuiciado, y probablemente en la cárcel, por haber enviado a matones en contra del Capitolio para que evitaran el nombramiento de Joe Biden como Presidente Electo. Fue en las elecciones pasadas, hace cuatro años, cuando no admitió su derrota como candidato a la presidencia y se empeñó en que se había hecho fraude en favor de la victoria de su oponente.

Un personaje millonario que no pagó impuestos durante años y que cometió en su presidencia diversas tropelías.  A este delincuente de cuello blanco, mal payaso de la vida, un producto televisivo propio de las grandes masas que ríe con las peleas en directo, el pueblo de Estados Unidos le ha vuelto a dar la confianza para otros cuatro años más.

Actuó como Nicolás Maduro en julio 2024, que perdió y robó descaradamente las elecciones, pero él en sentido contrario: Biden no ganó, gané yo.

Mientras en España una pandilla de delincuentes con Pedro Sánchez a la cabeza asaltan y vacían los recursos de todos los españoles con total impunidad, como si se tratara de un Al Capone sin armas de fuego en 2025, o un nuevo Bernard Madoff, en Estados Unidos llega al país más poderoso del mundo un iluminado del dios dinero para, con sus amigos millonarios, hacerse más millonario todavía, porque para ellos una fortuna de cuatro mil millones de dólares es muy poca, hay que doblarla, y sobre todo hay que asegurarla frente al pago de impuestos.

Al ganar las elecciones en noviembre pasado la justicia paraliza todos los procedimientos en contra del nuevo Presidente y toma posesión en este enero para comenzar su show de matón amenazador en contra del mundo y en favor de hacer más grande a EEUU, sobre todo más grande su cartera y la de sus amigos.

Voy a quitar Groenlandia a Dinamarca, Canadá será una provincia más de EEUU y el Presidente Trudeau mi Gobernador, el Canal de Panamá lo vamos a tomar por la fuerza, Gaza la voy a convertir en un Resort Turístico, y algunas locuras más para asustar al mundo con el poder del ejército más importante.

Y en su locura imparable engaña al pueblo venezolano, de manera cruel y sometiéndolo en EEUU a las mismas afrentas y vejaciones que comete el sanguinario dictador Maduro y su siniestra mano derecha Diosdado Cabello.

Trump ganó las elecciones en parte gracias a los venezolanos y cubanos estadounidenses de La Florida, que apoyados por el Senador Marco Rubio y otros lograron que le votaran casi en el 100%, ilusionados con la idea de sacar a Maduro del poder, lograr la vuelta de la democracia a Venezuela y con ello poder regresar a su país como personas y familias libres, sin la cárcel, la tortura o la muerte como designio seguro.

Y todavía se ilusionaron más cuando nombra a Marco Rubio Secretario de Estado y Responsable de la política exterior, porque el Senador manifestaba con toda rotundidad que la democracia llegaría a Venezuela y después a Cuba y a Nicaragua.

Pero Trump tenía otras intenciones ocultas y por eso nombró Enviado Especial para Venezuela a un amigo suyo, Richard Grenell, que trataría con Nicolás Maduro directamente y reportaría al propio Trump, con lo que apartaba de las decisiones importantes del futuro venezolano y del hemisferio americano al mismísimo Secretario de Estado.

Saludos y risas con el dictador y criminal. Todo por el poder y el dinero.

Granell se reúne con Maduro y todos los republicanos de procedencia cubana, con importantes cargos en la Administración Trump, y con el Secretario de Estado Rubio a la cabeza publican que no será una negociación sino una imposición de Trump a Maduro: Liberación de los doce americanos presos en Venezuela y aceptación de recogida a la deportación desde EEUU de los inmigrantes venezolanos del Tren de Aragua, criminales exportados precisamente por Maduro.  Pero la realidad es que Grenell regresó solo con seis de los doce presos y eso sí, la aceptación de Maduro de las deportaciones, incluso poniendo aviones de Conviasa y pagando Venezuela todos los gastos.

Fue una negociación y ganó el dictador venezolano. Se quedó con seis americanos para seguir extorsionando y convirtió la deportación forzosa en una bienvenida a casa ficticia.

A los pocos días Trump anuncia la anulación de los Permisos Temporales para los venezolanos y que serán todos deportados, casi cuatrocientos mil, de los que muchos están trabajando y aportando su esfuerzo para el país. Venezolanos que han huido del Régimen Criminal para evitar la cárcel, la tortura y hasta la muerte como siguen padeciendo sus familias y sus amigos.

Y Trump sigue a lo suyo: Hace unas horas anuncia que está negociando con Putin y con Zelensky el fin de la guerra en Ucrania, y lo que se sabe por ahora es que Crimea se lo queda Rusia, que Ucrania no entrará en la OTAN y que no será defendida por EEUU sino por Europa. Yo estoy convencido de que en cualquier caso se inclinará hacia el más fuerte, Rusia y su amigo Putin.

Mientras sigue con sus actuaciones, firmando leyes delante de multitudes, convirtiendo la Casa Blanca y el poder en un plató de televisión y frunciendo los dos labios cuando termina algo para decir quién manda, quién habla, quién decide. Por supuesto a favor de los ricos, de sus amigos millonarios, de sus propias cuentas bancarias, y así cuatro años más.

Putin, Trump, Sánchez, Maduro, Castro, Ortega y encima en Ecuador la primera vuelta de sus elecciones un empate con los seguidores del corrupto y huido Correa, amigo íntimo de Nicolás Maduro y su pandilla.

Todos gobiernan por el poder y por el dinero, ninguno para sus pueblos.

Las sociedades civiles tienen el reto de quitarse de encima a políticos corruptos.

Los que más pierden, siempre, son los más desfavorecidos, los que menos tienen, los que no pueden llegar a fin de mes, los que nada tienen.

La esperanza tiene que seguir, pero las sociedades civiles tienen que reaccionar. 

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