Alfredo Kraus, Una concepción del canto. Arturo Reverter, Alianza Editorial.
Renata Scotto:
Guardo especial recuerdo de las numerosas Sonámbulas que cantamos juntos; y casi por casualidad, pues yo estaba en La Scala haciendo creo que Elisir, y me llamaron urgentemente de La Fenice. Ahí nació una pareja escénica inolvidable. Nos mirábamos a los ojos y él se convertía de pronto en Elvino, El Duque de Mantua o cualquier otro personaje. Dejaba de ser Alfredo Kraus.
Por supuesto estoy en condiciones de afirmar que Alfredo no era un cantante frío, como tantas veces se ha dicho. Consideraba que lo importante sobre la escena es ser elegante y expresar las intenciones del personaje de dentro afuera.
La última ópera que canté con Kraus fue Werther. Nunca la hice con otro tenor. En San Francisco, en Dallas y la última en el Liceo. Puede decirse que Alfredo llevaba a Wertherdentro de sí. Fue grande.