AL GUINIGUADA. 1975, madre de Sergio Molina Iglesias.

Nuestro querido Néstor Doreste comparte este bonito recuerdo de Sergio Molina Iglesias con un poema muy entrañable de su madre de nuestro sepultado Barranco Guiniguada.

GUINIGUADA

Ya no me alegras la vista

Barranco del Guiniguada.

Tantos años de vecinos,

Hoy, esa sepultura extraña.

Siento que al pensar en ti

me moja el alma una lágrima

tan seca como el reseco

cauce de tus entrañas.

 

Adiós barranco, adiós río,

que aunque aguano llevaras,

siempre serás, para mí,

el río de Gran Canaria

que antes bravo bajabas

de las cumbres a la mar

orgulloso de tu hazaña,

rodando cantos que eran

folías en tu garganta.

 

Hoy veo como te cubren

con esa burda mortaja

y, sin querer,

me conmuevo

aunque no sea canaria.

 

¿Dónde están las buganvillas

que alegres te acariciaban

y le prestaban color

a tu tierra calcinada?

¿Dónde los antiguos charcos

de nuestra niñez pasada?

Ya no podrán nuestros niños

chapotear en tu agua,

ni se esconderá la luna

entre tus nidos de rata…

¡Ya nunca tendrán Enero

las gatas enamoradas!

Irás por las alcantarillas

Como una inmunda cloaca;

así lo manda el progreso,

barranco del Guiniguada,

pero cuando impetuoso

tiñas las aguas saladas

con el color de tu barro

iré a verte y te diré:

¡Hola, viejo Guiniguada!

Podrán cubrir tu garganta

y alcantarillar tu agua,

pero nunca dejarás

de ser el Gran Guiniguada,

que irrumpe cuando le place,

cuando a ti re da la gana.

Deja un comentario