María Corina no llegó a la entrega de su Premio Nobel pero su hija Corina Sosa Machado la hizo presente.
El Presidente del Comité al Sr. Maduro: “Acepte los resultados de las elecciones 2024 y renuncie a su cargo”.
Cuando el corazón duele suelen aparecer las lágrimas, y eso es lo que me sucedió esta mañana durante la entrega del Premio Nobel de la Paz a María Corina Machado.
Agustín Santana Correa, 11.12.2025
El 4 de julio de 2024 comenzó la campaña para las elecciones presidenciales en Venezuela y poco después empecé yo a hacer un seguimiento de lo que ocurría en el querido país latinoamericano. Empecé a conocer a María Corina Machado y a seguir su incansable lucha para conseguir unos resultados electorales que trajese de vuelta a Venezuela la libertad y la democracia.
Aprendí que había ganado las primarias de la oposición en Venezuela con el 93% de los votos pero que no podía presentarse a la presidencia por estar inhabilitada por el régimen por su presunta participación en hechos de corrupción ocurridos durante el llamado gobierno interino de Guaidó. Después de verla en varios mítines de la campaña comprendí el por qué Nicolás Maduro y su séquito no la querían como candidata: Sería una candidata buenísima que arrasaría con todos ellos.
Me dolía el corazón cuando veía las condiciones por las que tenía que pasar para poder llegar a los lugares donde tenía previsto dirigirse a la gente humilde que en cada pueblo la esperaba con alegría y esperanza. No podía coger avión para desplazarse, todo lo tenía que hacer por tierra, donde era muy fácil para los seguidores de los dirigentes sátrapas venezolanos ponerle todas las trabas posibles.
Carreteras cerradas, amenazas a los hoteles y restaurantes donde debían alojarse o comer, amenazas a los propietarios de los camiones donde debía desplazarse para llegar en condiciones para los mítines. Verse obligada a dejar los coches y pasar en moto en medio de obstáculos de todo tipo para llegar a tiempo al lugar de las concentraciones. Leí que en alguna ocasión tuvo que usar lanchas en algún río para poder sortear los obstáculos en las carreteras.
En una de las noches de descanso en hotel le pintaron los coches con amenazas y les rompieron los frenos para que no pudiera continuar.
Propuso a la historiadora Corina Yoris como su sustituta para la candidatura presidencial y el sistema electoral le impidió inscribirse, por lo que tuvo que postular finalmente a Edmundo González. Al ser un candidato desconocido, un hombre de más de setenta años, pensaron que no sería un peligro para ellos en las elecciones y lo admitieron.
María Corina y su equipo coordinaron a más de seiscientos mil colaboradores, formando comanditos que desde sus casas planeaban los pasos a dar con el objetivo de poder asegurar que fueran unas votaciones libres y tratar de conseguir las Actas del escrutinio, una vez finalizadas las votaciones, que sirvieran de demostración plausible de la victoria que esperaban conseguir.
Y las familias se movilizaron, desde los abuelos hasta los nietos, y trabajaron incansablemente desde sus cocinas, o sus salones de estar, desde sus propias casas proyectándose después a las calles para trasladar los elementos necesarios que después justificaran ante el mundo el resultado que esperaban.
Arrasaron en las elecciones del 24 de julio de 2024 y ganaron con más del sesenta por ciento de los votos, pero el dictador no aceptó el resultado y se enrocó más en el poder usando toda la represión posible para asustar a la oposición.
Se me rompió el corazón cuando al día siguiente de las elecciones envió a sus matones en contra de los manifestantes con orden de tirar con balas, y mataron, mataron a jóvenes que gritaban Libertad, Venezuela Libre, Viva María Corina Machado. En esos días de horror se documentan unos veinte y circo muertos y cientos de detenidos.
Inventan la operación Tun Tun para violentar los domicilios de los opositores al gobierno y llevarse presos a los que habían conseguido papeletas electorales, a los que gritaban libertad, a los que pedían democracia, y a todos los que trabajaban en el equipo de Vente Venezuela partido de María Corína Machado.
Y se llevan a menores de edad, a personas muy mayores, a enfermos, y los encierran en cárceles siniestras como el Helicoide, y pasan semanas y meses y sus familiares no saben nada de ellos, no tienen abogados de confianza que les visiten, no les dan las medicinas que necesitan.
Y mueren en las cárceles por las torturas recibidas o por la falta de atención médica, el último el dirigente opositor y exgobernador Alfredo Díaz después de estar un año acusado de conspirar contra el gobierno de Maduro.
Se sigue rompiendo el corazón cuando ves a alguno de los cinco bandoleros asesinos del régimen asomarse a la televisión manipulada para decir que Venezuela es tierra de paz mientras moría en el Helicoide el exgobernador de cincuenta y seis años.